Misiones será anfitriona del primer campeonato mundial de Chipa, un producto gastronómico que se replica -con sus particularidades- en los diferentes países de la región. “Queremos plantar bandera con este tema en la provincia, porque tenemos potestad de ello y también porque queremos que, como producto, vaya evolucionando”, explicó Ivan Ortega, chef invitado al frente de la organización. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Ortega explicó algunos de los alcances de la competencia mundial: “Tras los excelentes resultados de la novedosa Mateada Más Grande del Mundo en el Guinness, realizada hace un mes, germinó la idea de organizar una actividad similar, pero que reivindicara y que permitiera a los misioneros apoderarse del patrimonio cultural intangible. La convocatoria fue para evaluar la posibilidad de algún certamen con algún producto muy genuino de nuestra región y haciendo una evaluación del reservorio gastronómico se llegó a la chipa como elemento de cohesión de toda la región jesuita-guaraní”, especificó.“De este conglomerado cultural, que no conoce fronteras, y del cual somos parte Paraguay, Argentina, con las provincias de Misiones, Corrientes, Formosa y Chaco; también está Bolivia, en su región de frontera con el Chaco Paraguayo y Brasil, con Río Grande do Sul (mapa de la región Jesuítica asentada en Sudamérica), nos dimos cuenta que podíamos lograr una masa de interés superior y con algunos ingredientes muy particulares”, sostuvo Ortega, cocinero profesional y consultor gastronómico.“Por un lado, la chipa habla de una cultura preexistente. Los Guaraníes descubren tempranamente la feculización del producto, es decir que es un alimento y producto étnico, previo al intercambio cultural que se produce con la llegada de los conquistadores del nuevo mundo; y por otro, luego con la llegada de los Jesuitas a esta región y empezamos a darle vuelta a este tema y nos damos cuenta de que existe todo un reservorio de cuestiones culturales”, se explayó.“Hablamos de un mundial porque queremos generar un interés de los distintos estamentos culturales de estos países mencionados más arriba, donde la chipa que conocemos adquiere distintos nombres: en Bolivia será la Cuñapé, en Brasil el Pan de Queijo y así en cada región. De ahí la convocatoria a todos los países de la región y como meta y ambición se espera contar con la adhesión del Papa Francisco, que no sólo es Jesuita de la Compañía de Jesús, sino que además es un gran amante de la cocina cultura jesuita-guaraní. Siempre que visita la región degusta las comidas típicas”. Concluyó el chef: “No queremos con esto que el producto se deteriore, sino conectarlo con los sectores productivos, con la Chipa hablamos de un producto auténticamente misionero, porque para producirla podemos hablar del kilómetro cero, una unidad que se utiliza para determinar lo genuino de una región”.
Discussion about this post