El director del Pami, Carlos Regazzoni, denunció el accionar de “muchísimos grupos de presión” para evitar que la obra social de los jubilados supere el estado de “abandono” y las prácticas irregulares que dijo haberse registrado en los últimos años y advirtió que “hay prestaciones que están como cartelizadas”.“A veces donde tocás sale pus. Cada cambio que querés hacer para mejorar las cosas encontrás resistencia de todo tipo”, alertó, un día después de haber revelado en el Congreso la existencia de “circuitos mafiosos”, “clínicas fantasmas”, servicios inexistentes facturados, sillas de ruedas arrumbadas y medicamentos sin entregar, entre otras irregularidades en el Instituto.Tras destacar que las actuales autoridades encontraron “hasta urnas electorales en una filial del Pami en una provincia”, Regazzoni puntualizó que “salir de esto va a demorar tiempo, no será de un día para otro”, aunque se manifestó “optimista” en poder lograrlo con el apoyo de los empleados y de la ciudadanía en general.“El país no es lo que se nos contaba”, enfatizó el funcionario, en una abierta crítica a la gestión kirchnerista, y reiteró que el “Pami no fue una isla en el país de Lázaro Báez: fue parte de un engranaje diseñado para vivir del Estado y no para ponerlo al servicio de la gente”.El directivo, entre las irregularidades descubiertas en el Pami por las nuevas autoridades, volvió a hablar de “clínicas fantasmas, demoras inauditas para entregar prótesis, viajes en ambulancia que era inventados; todo esto costó muchísimo dinero”.“Fueron años de abandono, el sistema de distribución de sillas, de prótesis no funcionaba o funcionaba muy mal. La gente tenía hasta un año y medio de espera para conseguir su silla de rueda”, detalló. Regazzoni insistió en manifestarse esperanzado: “Todo lo que estamos haciendo es para poner al PAMI en marcha, para que funcione, para que le dé a los afiliados lo que necesitan”, concluyó.Fuente: agencia DyN
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