La misiva llegó al Incucai con Esteban Ramírez, de nueve años, como destinatario. El remitente no estaba en el sobre, ni en la carta, pero se sabe bien quién era: su donante. Esa persona alemana que donó su médula y así salvó la vida de este niño posadeño que hoy se recupera en el Hospital Garrahan.“No tenemos datos, sólo sabemos que es un hombre”, contó la mamá de Esteban, Emma Saucedo, a PRIMERA EDICIÓN. Pasa que el protocolo no permite que quien recibió la donación y el donante se conozcan hasta después de un año. Sin embargo, contra todas las leyes, los protocolos y las normas, este hombre alemán le hizo llegar a Esteban sus mejores deseos y augurios a través de una carta que emocionó a propios y extraños. “Nosotros estábamos haciendo los papeles de ingreso y los doctores nos dijeron que nos tenían un regalito. Pensamos que eran regalos de ahí porque siempre hay, pero después nos trajeron las cajas”. “Miren lo que vino de Alemania”, fueron las palabras de los médicos. “Lloramos, no podíamos creer. Además, en tan pocas palabras lo que dijo ese chico, esa persona, fue muy emocionante”, relató Emma. ¿Cómo llegó esa donación desde Alemania? A Esteban le diagnosticaron aplasia medular severa en diciembre de 2014, después de una serie de estudios que se iniciaron por un sangrado de nariz. Les dijeron que en Posadas no había soporte para el tratamiento de esa enfermedad y que debía irse a Buenos Aires, donde la solución era el trasplante. “Lo mejor era un trasplante. Comúnmente los donantes son los hermanos. Le hicieron los estudios a su hermana, pero no era compatible”, explicó Emma. Frente a esta situación, Esteban inició un tratamiento que duraría entre 3 y 7 meses “para que la médula funcione sola. Pero no funcionó”. Entonces, el Incucai buscó en toda la Argentina un donante compatible y después, a través de un pago que realiza la obra social, extendió la búsqueda al mundo. “Esa espera dura de dos a tres meses y ellos avisan qué cantidad de donantes compatibles con él hay en el mundo. Esteban tenía tres”. Estos tres donantes son examinados para determinar el nivel de compatibilidad. El alemán era el que tenía mayor compatibilidad.El trasplanteEl 1 de marzo se realizó el trasplante. Fueron ocho largas horas, difíciles, “pero gracias a Dios salió todo bien”, dijo Emma. “Desde el trasplante hasta ahora va levantando bien y recuperándose. Todavía está delicado y necesita de muchos cuidados, pero la doctora me dijo que vamos re bien (sic)”, agregó. Durante un año, Esteban será un paciente inmunocomprometido. “Se tienen que cuidar, no puede ir a la escuela o andar en colectivo. El doctor me dijo que se tendrá que cuidar durante toda la vida”. Cien días después de la operación, los médicos evaluarán si Esteban puede volver a Misiones. Mientras, el niño piensa qué contestar…Una carta de Alemania al Garrahan“¡Hola pequeño y valiente luchador! Nosotros pensamos cada día en vos y deseamos que te recuperes pronto para vivir muy feliz. Te enviamos un ángel guardián para que te proteja. Todos nuestros pensamientos están contigo y te enviamos fuerzas para que derrotes esta enfermedad. ¡Tu puedes hacerlo! Tu gemelo genético y donante de médula ósea y familia”, es la traducción de la carta enviada de puño y letra por su donante alemán. Además, vino acompañada de una oración en su idioma natal. “Hablé con muchos y nunca el donante buscó contactarse, siempre es el que recibe el que intenta contactarse. Gracias a él mi hijo puede seguir viviendo y gracias a Dios le fue tan bien”, aseguró Emma emocionada a PRIMERA EDICIÓN.
Discussion about this post