“Las personas que somos de fe manifestamos siempre ese viejo dicho que reza ‘El hombre propone pero Dios dispone’. En los últimos meses del año pasado yo me preparaba para partir a Angola (África). Pero unos días antes tuve una crisis de salud y eso me obliga a postergar el viaje y a cambiar algunas cosas. Cuando me voy de la institución en la que estaba (Tupá Rendá donde se desempeñaba como director), S. solicita irse conmigo, quería ser mi hijo”. El relato emocionado del voluntario también expresa las expectativas que siente con el cambio radical que empieza a vivir. Repite varias veces que “estamos aprendiendo, siguiendo los pasos uno a uno, pero estamos muy bien. Oí decir muchas veces: adoptamos a tal, a cual persona, pero en esta etapa, cuando te toca tener un hijo ya grande, en realidad son ellos los que nos adoptan a nosotros. S. adoptó a su familia”. PRIMERA EDICIÓN no publica su foto ni su nombre por razones legales, principalmente a pedido del mismo Rogelio quien no quiere dar un solo paso en falso para concretar las exigencias de la Justicia, que hasta ahora lo entregó a su cargo con todas las responsabilidades que implica. “Además, yo respeto mucho su identidad. Si el día de mañana y ya con todas las de la ley, él quiere llevar mi apellido se lo daré gustoso, pero mi prioridad es respetar lo que siente y quiere. En marzo ya cumple 16 y prácticamente está llegando a la mayoría de edad, con lo cual todas las decisiones que tome serán en función de lo que quiera”, confió.En una larga charla que se produjo en la redacción de este Diario, Peralta rememoró cómo comenzaron las cosas. “Cuando S. llegó a la institución de Voluntariado Social donde yo trabajaba, era un chico que venía con una historia bastante compleja, con la población de por sí compleja con la que trabajábamos. Tenía 14 años y una situación muy vulnerable, ya había pasado por varios procesos de revinculación familiar y procesos de adopción que no funcionaron del todo bien, con lo cual el desafío fue empezar a trabajar con un niño en proceso de convertirse en joven. No fue nada fácil” reconoció. “Al equipo que trabajaba con nosotros también le costó mucho entenderlo, con lo cual todos pusimos la mejor predisposición posible y con la meta de darle una oportunidad para el cambio comenzó esta historia. Quien tuvo la mayor fe en el fue el psicólogo y psiquiatra Raúl Quisamás, quien siempre hablaba de él como un joven con las cualidades de un “diamante en bruto” y de a poco S. fue demostrando todos los recursos que el tenía para mejorar. Es muy inteligente y siempre le fue muy bien en los estudios, en la actualidad también se ha rodeado de un circulo de amigos que lo ayudó a pulirse”, sonrió.Recordó Rogelio: “Las cosas para que esté conmigo se dieron de una manera muy particular, además de que fue él quien pidió que yo lo adoptara. Si bien no era algo que estaba en mis planes, jamás pensé convertirme en padre, pero en la vida siempre estuve rodeado de niños que me veían como tal. Luego de su petición hablé con mi familia, me apoyaron en la decisión, aceptamos el desafío y hoy por hoy estamos juntos”. “Como dije: no estaba en mis planes tener hijos, y de golpe la vida quiso que tuviera uno adolescente sin duda no es fácil. De por si la paternidad es compleja, lo es mucho más si te salteaste la etapa de niño y de pronto ya estas situado frente al desafío de educar a un adolescente. Es un continuo aprender sus código, su mundo y la búsqueda de enseñarle, buscar limites, estrategias, volver a negociar. Son muchas cosas”. “Te cambian la vida”En varios tramos el Voluntario Social mencionó haber caído en cuenta “cómo te cambian la vida los hijos, vos dejas de manejar tus tiempos y todo lo que planificas lo tiene que incluir. Sin duda un cambio tremendo. El llegó a nuestras vidas con un estilo un poco wachiturro (bromeó) y la rebeldía propia de la edad, al principio nos costó a todos entenderlo pero encontramos la oportunidad para el cambio, así comenzamos…”, recordó.“Lo bueno es que en este tiempo que esta conmigo siguió demostrando ser un excelente alumno. A recuperado totalmente su condición de persona, está viviendo una etapa en la que hasta aprendió a jugar y a reírse de los momentos. Ya entendió que tiene casa propia y la cuida. Un cambio impresionante”.Sueños a futuro“La prioridad ahora son los estudios secundarios. El quiere desempeñarse en el área de la administración y me habla de que desea trabajar en Aduana o Migraciones. Yo le insisto que hay que estudiar mucho y ya más adelante definirá su vocación. Yo lo voy inculcando de que prosiga la Universidad para profesionalizarse y una vez que descubra su vocación se desempeñe laboralmente donde le toque”, sonrió.“En la escuela es uno de los mejores alumnos y si bien siempre fue a colegios públicos, este año vamos a probar con una institución privada porque el año pasado, a causa de los reclamos docentes, estuvo un mes y medio sin ir a clases. Soy defensor de la institución publica pero no estoy de acuerdo con que los chicos dejen de tener clases”, reflexionó el enfermero y voluntario que estrena el oficio de papá.
Discussion about this post