Fue una ejecución de neto corte mafioso, planificada y premeditada hasta el último detalle. Se la juraron a Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra se la comió de arriba. Pagó con su vida estar en el lugar y momento equivocados. Esa es una de las teorías, que se consolida con rango de conclusión, que manejan los investigadores y sobre todo, el juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Luis Verón.La causa registró un avance notable en las últimas semanas y no pocos se entusiasman con la ilusión de un potencial esclarecimiento.PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso a una información de último momento que resulta reveladora. El magistrado de primera instancia, apoyado en la solidez de una investigación encabezada por la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic), pidió a Interpol la captura internacional del hombre sindicado como presunto ejecutor del doble homicidio de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra.La misma fuente indicó que se trata de un ciudadano de nacionalidad paraguaya que, aparentemente, vivió muchos años en la ciudad de Puerto Iguazú y luego se estableció en la capital misionera, donde rápidamente se asoció a una de las organizaciones más poderosas del narcotráfico que opera en ambas orillas del río Paraná.Este hombre habría sido uno de los dos o tres autores materiales del doble homicidio que conmovió a Posadas en particular y a la provincia en general.Como se recordará, Vega y su amigo fueron ultimados a tiros y abandonados en los asientos traseros del Chevrolet Agile perteneciente a una hermana de Sebastián.Tras las pericias científicas de rigor, se determinó que Vega fue acribillado a tiros con una pistola nueve milímetros.De su cuerpo se extrajeron sólo proyectiles de ese calibre. Distinta fue la situación de Rodrigo Ibarra, que pagó con la vida haber acompañado a su amigo pero, a prima facie, nada tuvo que ver con el supuesto móvil del doble homicidio.Este hombre, de 27 años, tenía plomos de una nueve milímetros y de un revólver calibre 38.El hombre que iba adelante, en el asiento del acompañante del conductor, fue el que abrió fuego primero. Disparó a través del apoyacabezas y mató a Vega.En cuanto a los minutos finales de Ibarra, hay dos hipótesis. O el conductor del Agile descendió y lo remató con un 38; o fue el ocupante de un vehículo de apoyo, presumiblemente un VW Bora negro. Los tiros de revólver se produjeron desde afuera y hacia adentro, por una persona que se ubicó a la altura del asiento de Ibarra.La declaración de los familiares de Vega fue crucial para avanzar en la investigación; con indicios fuertes acerca del supuesto móvil de su asesinato; porque Ibarra se la llevó de arriba. Lo que en el código mafioso se conoce como efecto colateral. Los sicarios no esperaban que Vega llegara al lugar del encuentro en compañía de otra persona.Al testimonio de los familiares se sumó el resultado de una pericia telefónica clave, que detectó que el hombre buscado ahora por Interpol se comunicó, prácticamente al momento del hecho, con un socio de Virasoro, Corrientes, con el teléfono celular de Vega.Al sospechoso lo buscaban en General Villegas, provincia de Buenos Aires, pero ahora el rastrillaje se extendió al plano internacional con el pedido cursado a Interpol.
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