“Nace esta idea pensando en que el agua es un servicio, un derecho humano universal, en la frase ‘Un vaso de agua no se le niega a nadie…’. Cuando uno asiste a bares, restaurantes y lugares públicos, si no consume una botella de agua mineral, no tiene acceso al agua”, planteó la diputada provincial Anita Minder (UCR) sobre los argumentos que la impulsaron a fijar su mirada en la necesidad de elaborar un proyecto de ley que garantice a las personas el acceso al agua para consumir tanto en locales gastronómicos como en espacios públicos.
En diálogo con “El Aire de las Misiones”, que se emite por la FM 89.3, la diputada aclaró que no pretende que se convierta en una ley que busque castigar o sancionar a los establecimientos gastronómicos que no cumplan con servir una jarra con agua a los clientes, sino que exista un consenso y se entienda como una cortesía, un aporte al turismo.
“Esta práctica es muy usual desde hace mucho tiempo en Europa, en Estados Unidos y en Argentina se viene trabajando sobre el tema, en especial a través de la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario”, ciudad donde existe una ordenanza sobre el derecho al acceso a la jarra de agua al igual que en la capital santafesina, apuntó Minder.
Según expuso la legisladora radical refiriéndose a la realidad misionera, “hay cafeterías en las que cuando uno pide, por ejemplo, un café, no te traen el vaso de agua. A veces uno tiene que tomar un remedio y no tiene agua, y la gente no pide porque le da vergüenza”.
Además remarcó que “lo pensé (al proyecto) en relación con el turismo: Misiones es pródiga en agua, pero la verdad es que no está accesible”.
Aclaró que “todavía no me reuní con cámaras empresarias ni de gastronomía, capaz que tenga alguna resistencia, por el lavado de recipientes y otros ítems, pero la idea es que no se cobre, que forme parte de la atención del local y del derecho del ciudadano. Quien no pida un agua mineral puede usar ese dinero para un postre u otra cosa. Para que el que sienta más seguro, que pida el agua mineral, eso no está en discusión”.
El Expediente D-52946/19 fue presentado en la Legislatura el pasado 24 de septiembre y alcanzaría a todos los establecimientos gastronómicos de expendio de comidas y bebidas, tales como restaurantes, parrillas, hamburgueserías, pizzerías, bares y cafés con servicio de mesa y mostrador.
Boliches y eventos
En otro tramo de la entrevista, Minder refirió la situación que le plantearon algunos jóvenes con relación al acceso al agua en locales bailables:
“Me comentaron que hay boliches donde cortan el agua en los baños para que así vayan y compren el agua en las barras, pero a veces no tienen más dinero. No iremos a controlar si tienen las canillas abiertas, pero sí que si alguien se acerca a la barra, se le pueda garantizar un vaso de agua potable”.
Insistió en que “la idea es trabajar con el sector empresario para concientizar sobre el beneficio de esta práctica, que resulte una acción de hospitalidad, buen trato, de cortesía, como algo positivo. Queremos que haya bebederos en los grandes eventos, en los espectáculos, para que uno pueda pasar y tomar agua, como así también en los hoteles, que sea accesible”.
Minder adelantó que para el futuro análisis de la norma en Diputados “queremos traer a los profesionales de la Cátedra del Agua de Rosario, generar una jornada para ver la experiencia que tienen sobre el tema, que genere empatía. Rosario es un ejemplo, porque en algunos casos hasta se enfría el agua, otros la saborizan… La idea es que en los restaurantes sea automático que uno se siente y le traigan una jarra con agua potable”.
“El turista no toma agua de canilla”
Gustavo Alvarenga, titular de la Asociación Misionera de Hoteles, Bares, Restaurantes y Afines (AMHBRA), dijo a PRIMERA EDICIÓN en referencia al proyecto de la diputada Minder que “no tenemos conocimiento de esta propuesta y tampoco nos consultaron. Sería interesante que convoquen a las partes, en este caso a nosotros, los privados, que somos los que ofrecemos el servicio”, aunque aclaró que “mientras se persiga el bien para el cliente, que escuchen nuestro punto de vista y se llegue a un consenso, no habría ningún problema, estamos abiertos al diálogo y sobre todo para ofrecer un buen servicio a la gente, porque a eso apuntamos”.
También resaltó que “en lo particular, en nuestro hotel (Julio César) lo estamos implementando en forma gratuita para nuestros clientes, incluso en recepción, donde le agregamos frutas de la zona. El tema negativo es cuando quieren hacer una ley sin consultarte y avanzar sin llamar a las partes involucradas, eso queda desprolijo”.
Alvarenga destacó que “si hablamos de obligación, siempre trae una resistencia, como servir automáticamente una jarra con agua apenas se siente una persona en un bar. Es distinto si se le ofrece, por ejemplo. Hay maneras y maneras”.
En realidad, advirtió que “el turista, por lo general, no pide agua de la canilla porque le tiene idea, siempre pide agua mineral, que es la que más se vende, incluso más que las gaseosas. Por ahí la gente local puede tomar agua de canilla, pero el de Buenos Aires pide incluso determinada marca de agua mineral. Y el extranjero menos que menos consume agua de canilla”.