Con el acompañamiento de Parques Nacionales y la concesionaria del área Cataratas, una decena de guías de turismo -en representación de todos sus compañeros- rastrillaron el lecho de las aguas de las Cataratas, más precisamente bajo las pasarelas que llevan hacia la Garganta del Diablo.
Hector Mulawka, uno de los impulsores de la actividad, explicó a PRIMERA EDICIÓN que la principal motivación era generar conciencia acerca de que no se debe arrojar monedas ni residuos al lugar, pero la gran cantidad recolectada (90 kilos de monedas) derivó en que ahora se encargarán de clasificarlas y lo “recaudado” se donará a un merendero local.
¿Por qué no hay que arrojar monedas? Por un lado son contaminantes y por otro, las aguas las arrastran y los peces, creyendo que son comida, las tragan, se ahogan y mueren.
Mulawka remarcó también la inconveniencia de alimentar a la fauna de Cataratas, una mala costumbre naturalizada por los misioneros y “copiada” por los turistas, que perjudica muchísimo la alimentación, la salud y la conducta de los animales.
“Se vuelven diabéticos, tienen problemas en los dientes, sobre todo los coatíes y ahora también los monos, las urracas… Se vuelven más atrevidos y generan incomodidad a los turistas“, alertó.
Además de los 90 kilos en monedas, también se juntaron unos 10 kilos más en materiales de construcción, más precisamente restos de pasarelas que se llevó la creciente de 2014 y quedaron ahí.
“Juntamos solo un poco porque nuestra finalidad eran las monedas, pero estamos pensando en organizar y pedir habilitación para hacer lo mismo en los otros circuitos donde hay más basura, plásticos, etcétera”, adelantó Mulawka.