El médico forense, Guido Garay, fue enviado este viernes por la Dirección de Derechos Humanos de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a inspeccionar a los reclusos -miembros del PCC- que intentaron fugarse de la cárcel de Encarnación.
Sin embargo, los guardiacárceles del penal no le permitieron llevar adelante el encargo porque “las condiciones no estaban dadas para que pudiera entrar entre ellos”, aseguró. Cuando ingresó hasta el penal, en medio de una “tensa tranquilidad”, tuvieron que apartarlo, relató el médico a los medios.
#AHORA Un médico fue hasta el penal de Encarnación para inspeccionar a los tres reclusos que intentaron fugarse y mencionó que no pudo acercarse a los mismos, ya que según los guardias, aparentemente podrían seguir armados.#MeridianoPy #TelefuturoPy pic.twitter.com/pBnlM6AOdj
— Telefuturo Informa (@TelefuturoInfo) September 6, 2019
Mencionó que presumiblemente estaban armados y que por ello no lo dejaron aproximarse para realizar las inspecciones.
El fiscal Enrique Díaz entonces fue consultado al respecto. Específicamente, le preguntaron si se haría una requisa por ello, y respondió en un mensaje de texto que las autoridades de la cárcel de Encarnación ya habían realizado un cateo interno en el que se encontró un arma de fuego, informó NoticiasPy.
Posteriormente llegaron fuerzas policiales para realizar una requisa a todos los internos del penal, a fin de desarmarlos completamente.
Objetivo del motín
El Ministerio Público sostiene que los miembros del Primer Comando Capital (PCC), que se habían fugado de la cárcel de Encarnación, querían secuestrar en realidad al director del establecimiento penitenciario y no al jefe de seguridad.
Toda la situación generó tensión y una larga negociación para que los reos se entreguen y nadie resulte herido. Al respecto, la fiscal Raquel Bordón dijo que el objetivo real era secuestrar al director de la cárcel de Encarnación, César Garay y no a Medina.
“La intención era tomar de rehén al director, pero él pudo evitar dicha circunstancia porque tenía un arma de fuego en su despacho y lo utilizó para su defensa”, contó en comunicación con Monumental 1080 AM.
Si bien hubo un intercambio de disparos en ese momento, nadie resultó herido.
Los miembros del PCC se llevaron entonces a Miguel Medina, jefe de seguridad del penal y bajo amenazas lograron fugarse del recinto por el portón principal.
A bordo del vehículo de la propia víctima lograron alejarse 3 kilómetros, pero luego el automóvil quedó varado y terminaron acorralados. En ese lugar inició toda la negociación.