Por Santiago Cardozo
“Me grabo, mezclo y masterizo”, dice “Killato the Jason”, nombre artístico con el que Sebastián de la Fuente lleva adelante su trabajo dentro del Hip Hop.
“Killa” es hijo del reconocido músico misionero Osvaldo de la Fuente y en su casa la composición musical era cosa de todos los días.
El primer recital en el que se presentó fue el organizado por las “Soundguainas” en el Club Urquiza. Desde ahí estuvo trabajando más música y tocando en todos los eventos en que tenía la oportunidad de hacerlo.
Hace unos cuantos años es reconocido en la escena del rap, que hasta hace poco era “underground” o muy poco conocida en Argentina, hasta 2015 aproximadamente, cuando “explotó todo con las batallas de freestyle”, como explica el artista en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
En esos eventos de Freestyle con relieve nacional e internacional que participó le permitieron tener contacto y relación con muchos que hoy son estrellas mundiales como Duki y Paulo Londra, por ejemplo.
¿Cómo entró el Hip Hop a tu vida?
A los trece años -me acuerdo bien- siempre escuchaba rock pesado. Me gustaba Slipknot, escuchaba mucho Rata Blanca, Rammstein esas bandas “heavies”. En el 2009 estaba en Ituzaingó y escuché un tema de un rapero español que se llama Nach, “Cadena” era el tema, de un disco del 2005 de ese artista. Sabía lo que era el rap porque tenía algunos amigos que escuchaban, pero eso era lo más popular dentro del rap que había y no cazaba mucho todavía. Pero cuando escuché eso me di cuenta realmente de la esencia de lo que era la poesía arriba del ritmo, y me identificó mucho. Ese día dije ‘este tipo de música es tremendo’ ¿cómo no lo descubrí antes?
A partir de ahí ¿qué hiciste?
A la vuelta de ese viaje me puse a investigar, no tenía computadora entonces íbamos al cyber y ahí me puse a investigar qué era, de donde salió, sabía que venía del rap, pero no sabía de dónde provenía. Ahí me fue entrando la cultura y tuve la suerte de que acá ya había gente que estaba haciendo Hip Hop y me acuerdo que un amigo de mi hermano me pasó un CD con pistas y después me pasó un pendrive con miles de temas. Fue ahí que “explotó” mi cerebro, fue data por todos lados. Ese mismo amigo, Pablo Conor, me llevó también a la primera fecha y desde ese día dije ‘esto es lo que quiero hacer’. En 2011 grabé mi primer demo, que en realidad fue por un trabajo práctico del colegio. Algunos sabían que yo estaba rapeando y varios compañeros me dijeron -¿por qué no grabás?- Y yo sabía que mi viejo tenía para grabar entonces me mandé y de ese tema que se llama “3 vidas” salió elaborar un demo que fueron ocho temas, de 2011 a 2013 y después seguí.
¿Tenés álbumes grabados?
Tengo algunos mixtape, son más cortos no exceden a los 10 temas, en 2011 fue el primero se llama “Más que palabras”, después trabajé otro con mi crew “Big Family”, en 2015 hice uno llamado “HipHoplogia”, en 2017 “In Your Face” y hace poco saqué “96” que es por el año en que nací.
¿En qué momento se encuentra el rap misionero?
Creo que le falta mucho al Hip Hop misionero. Lo que creció mucho es el freestyle, las batallas crecieron acá y en todos los países hispanoparlantes. Pero pienso que hay una contra en ese crecimiento del freestyle, porque hay muchos chicos que aprendieron de él, pero no investigan de dónde proviene lo que ellos hacen y no se dan cuenta que eso es una rama chiquitita dentro del rap y que el rap es un rama chiquita dentro del Hip Hop. Esa por ahí es la única contra que le encuentro a este crecimiento que hubo. Sin embargo sé que en algún momento van a ir investigando. Porque creo que recién está comenzando a desarrollarse.
¿En qué puntos aportó más el freestyle y su gran masividad?
Aportó al crecimiento, en 2015 me acuerdo que ocurrió un crecimiento desaforado, de pasar a ser 15 rapeando en la plaza San Martín pasar a ser 400. Entonces caminaba por la plaza – que era donde nosotros rapeábamos- y veíamos gente rapeando que nosotros no conocíamos. Hubo una especie de filtro -en ese momento- como que quedó la gente que le interesaba, porque fue rozando la moda, como el trap ahora. Creo que ayudó mucho al crecimiento, de alguna manera u otra hizo llegar el rap a millones de personas y precisamente a la juventud que es donde más enfoca esto, que invierta su energía y su tiempo en algo que realmente le va a ayudar más adelante. Es el arte, antes de estar haciendo miles de cosas que no sirven.