Con la organización, atención y preparación del menú a cargo de los alumnos, se realizó con éxito la tercera edición del examen parcial del Restaurante Escuela de Apóstoles, donde la prioridad es fomentar el consumo de los productos de la chacra y reivindicar la elaboración de las recetas tradicionales.
En esta oportunidad los protagonistas fueron los estudiantes de segundo año del taller de cocina del la escuela EPJAI 9070, del barrio 25 de marzo. La degustación de los menúes, diseñados con productos locales y de temporada, con acompañamiento de vajilla artesanal, se realizó en cinco pasos y fueron 32 los comensales jurado.
El chef y profesor Juan Ignacio Rodríguez Paredes indicó que “se busca la reivindicación de las recetas de nuestros antepasados, polacos ucranianos y guaraníes. Tratamos siempre que nuestros platos cuenten una historia”.
Con la actividad también pretenden dar valor a la tarea que desarrollan los colonos de la zona al utilizar los productos que cultivan, tratando de generar así una conciencia de consumo interno, desde la chacra a la mesa, sin intermediarios.
Confió que en está edición ofrecieron una recepción llamada bocaditos con historia (bomba de mandioca queso y salvia, sopa paraguaya y niño envuelto); una entrada que consistió en una jalea con crocante de maíz y hojas verdes, y criolla de pickles y bambú. El plato principal fue pastelón de mandioca gratinado con focaccia de calabaza y ajo, y de postre una mousse de palta sobre crumble de frutos secos y miel con sagú con lima. Además, un petit four que consistió en un te de salvia y jengibre con pan de miel y budín cítrico.
A Rodríguez Paredes, que hace seis años reside en la Ciudad de las Flores, desde un principio le llamaron la atención “los productos de la zona, las recetas. La gran mayoría de las colonias son habitadas por polacos y ucranianos por lo que la comida está muy influenciada”.
Cabe señalar que la actividad es sin fines de lucro, aunque “cobramos una tarjeta mínima para cubrir los costos y con lo poco que ganamos compramos utensillos para la cocina”, dijo el responsable del taller de cocina, que tiene una duración de dos años.
A su entender, la comunidad espera con ansias este evento porque es atractivo. “No sólo van a degustar sino que también son parte del jurado. Para evaluar no es necesario que sean especialistas gastronómicos, sino colegas, docentes, amigos, que les gusta disfrutar de la comida”, aseveró el chef.