La damnificada por uno de los robos que se adjudican desde la Justicia a la pareja de poliladrones habló con PRIMERA EDICIÓN y afirmó que la colección de monedas que le sustrajeron tiene un valor de 350 mil pesos.
La mujer, quien es martillera pública, prefirió el anonimato porque se lo pidieron desde la investigación. “Por ahora no voy a dar mayores precisiones para no interferir con el trabajo policial, ellos están en plena tarea de rastrear mediante algunas pistas dónde podrían estar mis monedas. Recuperaron 200 en los allanamientos y aún faltan ubicar otras 600. Aclaro que son piezas históricas, de un valor que no se canjea en cualquier lugar, solamente entre coleccionistas y en lugares determinados. Hay monedas por ejemplo de la ex Unión Soviética, de toda europa, de Latinoamérica, y del mundo en general, de una enorme y preciada importancia relacionada a la historia”, precisó.
En los operativos que hizo la Policía y tal como reflejó este medio, los uniformados hallaron algunos de estos objetos y además, sobres y folios especiales donde se contienen las mismas.
“Si bien encontraron parte de la colección, en algunos de estos folios que los policías recuperaron se encuentran tarjetas con mi letra, es decir que están reconocidas como de mi propiedad. Ojalá alguien pueda aportar algún dato porque insisto en que no se canjean por su metal o composición, es una cuestión histórica”, reveló.
Una de ocho
Los efectivos, detenidos el pasado 10 de junio, suman ocho causas en su contra por el momento, teniendo en cuenta que se sospecha desde la investigación de su participación en otros robos y hurtos.
Tal como adelantó este Diario, tanto el oficial ayudante como su pareja, quien es cabo, fueron imputados por el juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón por “robo y hurto calificado”, en una lista de cinco hechos.
Existen otras tres denuncias que son sustanciadas en el otro juzgado obereño.
El modus operandi de los involucrados era ganarse la confianza de las víctimas, obtener datos que permitieran averiguar sobre sus movimientos financieros, ahorros y lo más importante: cuándo y dónde estaban para poder acceder a sus domicilios. De esta manera fueron dejando, siempre de acuerdo a las sospechas de los pesquisas, un verdadero tendal de robos en Oberá y Panambí.
Lo llamativo es que la gran mayoría de las personas damnificadas eran cercanas a esta pareja ya sea laboralmente, por vecindad o amistad. Un testigo aportó datos que permitieron capturarlos.
Los identificó ingresando a una vivienda, en un barrio obereño, donde se alzaron con 50 mil pesos. Los investigadores fueron atando cabos hasta que finalmente los vincularon con una seguidilla de hechos de características pocas veces vistas.
Así descubrieron que tres robos domiciliarios fueron en perjuicio de dos empleados judiciales y de una persona que acudía con frecuencia a la Cámara de Apelaciones de Oberá, donde la mujer era custodia.
También fue damnificada la jefa de la Comisaría de la Mujer, donde la uniformada ahora detenida llegó a prestar servicios. A la titular de dicha seccional le sustrajeron la cartera.
Por si fuera poco, unos vecinos de Panambí, donde la pareja involucrada residía y que habrían dicho tenían contacto con los sospechosos, denunció el robo de 250 mil pesos de su domicilio.
Luego se dio el caso de una pareja de policías de Oberá a la que le robaron de su casa dinero y las dos armas de fuego reglamentarias.