Tal como estaba previsto, el Tacurú Social Club festejó los 46 años de rugby de la institución en el marco de una gran fiesta que se llevó a cabo en el House de la entidad de Villa Lanús el pasado sábado 15 del corriente.
Organizada por la Capitanía de rugby del club, que encabeza Agustín Bianchi, y con la colaboración de todos los que componen la comisión directiva, se llevó adelante la celebración, a la que los organizadores denominaron “Identidad+Pertenencia” con la intención de juntar a las distintas generaciones que pasaron por el rugby de la “Hormiga”.
Fue una gran fiesta que reunió a unas 160 personas. Se entregaron un total de siete menciones durante una emotiva celebración.
Las primeras cinco fueron para personas que fueron jugadores, entrenadores, miembros de comisión directiva, además de grandes referentes del club y, sobre todo, que estuvieron apoyando en los momentos más duros que atravesó la institución.
Entre ellos fueron distinguidos Jorge Douton, Ricardo Reinsch, Esteban Freyre, José Luis Logagaray y Alfredo Bianchi, quienes si bien, ya le pasaron la posta a sus hijos, siguen firmes colaborando en todo lo que haga falta, manteniendo viva esa pasión que sólo el rugby puede transmitir de generación en generación.
También, se entregaron menciones especiales a dos pioneros del club de la “Hormiga”, como José “Pepe” Miérez, gran colaborador desde los inicios del rugby en la institución, y Guido Benetti, quien fuera el fundador del rugby en el Tacurú hace nada menos que 46 años.
La entrega a ambos fue el momento más emotivo de la ceremonia, teniendo en cuenta lo que representa cada uno de ellos para las distintas generaciones de rugbiers que defendieron la camiseta “marrón y amarilla”.
Tanto “Pepe” como Guido se mostraron muy emocionados al momento de recibir la mención y se los notó emocionados al momento de ofrecer unas palabras a los presentes, quienes siguieron con gran atención y respeto lo que expresaron cada uno.
Durante la noche, varias camadas de jugadores que pasaron por el club de Villa Lanús compartieron un momento muy ameno, en el que no faltaron las anécdotas, las bromas y los recuerdos a aquellos años en que dejaban todo en la cancha defendiendo los colores de su querido “Tacu”.
La fiesta se prolongó hasta la madrugada, con baile incluido, y todos los presentes coincidieron en que era algo que “le hacía falta” al rugby del Tacurú.
Sin dudas, este fue el inicio de lo que se presume, será algo que desde ahora no faltará en la gran familia del rugby del Tacurú Social Club.