“Sigue evolucionando muy bien y recibe oxígeno con una bigotera porque desde el domingo que ya está sin respirador. Sabemos que su recuperación es un proceso lento pero está dando grandes pasos, desde este lunes comenzó a comer, arrancó con una sopa… obviamente fueron unas cucharitas y nada más, también algo de gelatina y un té. Para nosotros es algo más que agregar a todo lo bueno que viene mostrando en su evolución”, contó este martes su mamá.
Todo fue como una montaña rusa en los últimos días para la misionera Abigail Irrazábal Cabrera, de seis años, para sus papás, Nilda Cabrera y Ramiro Irrazábal y para su hermano Mariano. Es que después de 16 meses de espera, este viernes a la 6 de la mañana llegó un nuevo “chorlito”, como Abby bautizó a su corazón hace ya muchos años, cuando tuvo la edad suficiente para preguntar los porqué de su enfermedad.
El trasplante cardíaco tuvo lugar en el Hospital Italiano, en Buenos Aires, donde toda la familia debió mudarse en enero de 2018 para que Abby ingresara en la lista de espera del INCUCAI. Y la pequeña paciente evolucionó bien, sin ningún contratiempo, las primeras 96 horas, las más críticas.
Días atrás, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, su mamá, Nilda Cabrera, habló sobre el complejo momento que está viviendo junto a toda su familia pero lejos de su provincia, “tengo sentimientos encontrados, siento un alivio inmenso porque Abigail pudo trasplantarse pero también tengo mucha angustia de verla en terapia, toda conectada. Según nos explicó el cardiocirujano, las primeras 20 horas fueron las más críticas y Abby las superó muy bien porque no presentó sangrado, no le dio un paro y los otros órganos empezaron a funcionar al ritmo del nuevo corazón implantado. Hasta ahora, estas primeras horas fueron muy buenas, no hubo ninguna complicación”.
Tres pasos para superar la situación crítica
Recordó que Abigail viene con antecedentes graves, con tres intervenciones cardíacas anteriores, todas muy complejas, “pero en estas primeras horas que son las más difíciles ella avanzó. El médico nos dijo que no nos preocupemos, sino que vayamos dándole tiempo para que se vaya acostumbrando a su corazoncito nuevo”.
Según detalló Nilda, “debemos superar tres pasos: el primero fue la cirugía que es lo más grande y complejo, y después -la etapa en la que estamos ahora- que es el postoperatorio, es importante que no haya sangrado, ni paro cardíaco y hasta ahora nada de eso ocurrió. Y el tercer paso es que puedan sacarle el respirador e ir bajándole las drogas que le suministran. Estos tres pasos críticos pueden durar tres o cuatro días para que los médicos decidan, en función de su evolución, irle desconectando de a poco a la asistencia actual”.
El día que llegó el “chorlito”
Nilda estaba embarazada de cuatro meses cuando los médicos se dieron cuenta que su hija tenía una cardiopatía. Por eso, Nilda fue derivada al Hospital Italiano para dar a luz y, seis días después de nacer, fue intervenida por primera vez.
Su corazoncito pasó por otras dos cirugías, a los seis meses de vida y cuando cumplió tres años. El diagnóstico de Abigail fue de hipoplasia: no tenía el ventrículo derecho, encargado de limpiar y oxigenar la sangre. Con cinco años, Abby ingresó en la lista de espera del INCUCAI en enero de 2018 y, este viernes, tras 16 meses, llegó el órgano que le podrá salvar la vida.
“Ese viernes, cuando me llamaron del Italiano para avisarnos que llegó el corazón para Abigail me puse muy nerviosa, primero lo desperté a mi hijo y después a Abby. Le dije que teníamos que ir al médico y ella no quería porque pensaba que la iban a pinchar. Entonces le expliqué que llegó un chorlito para ella y no paraba de reírse, estaba muy feliz”, contó emocionada.