Le pregunté ¿por qué si no había un cartel que lo avalara? Como respuesta recibí “son órdenes de arriba”. Entré y a la salida le dije “sí, voy a pagar los 10 pesos, ¿pero qué comprobante me va a dar?”. “Ninguno”, me contestó y me dijo: “Son órdenes de mis jefes”.
No pagué y las señoras del baño de mujeres me dicen que si quería podía hablar en el segundo piso. Mis últimas palabras fueron: “Si estoy cometiendo un delito, allí están los policías”.
El tema aquí no son los 10 pesos ni el señor que seguramente está allí con autorización de alguien, sino que el paseo de compras no debe comportarse de esa manera. Si quieren cobrar, lo que me parece un desatino, ponen un cartel y al señor le dan un uniforme y como comprante cuanto menos una estampita de San Expedito.
El comercio en general se queja de la baja en las ventas. Bien, los comerciantes -incluso los que están dentro del Shopping- deben empezar a ser amables y serios con los clientes. Todo es perfectible, sólo basta poner empeño…
Pedro Pablo Farias
Posadas (Misiones)