Se secó el pozo de agua de la Escuela 903 que, hasta el año pasado, suministró de agua segura a esta comunidad educativa. Por ello, los alumnos deben llevar desde sus casas botellitas con agua para tomar durante el horario escolar y la escuela junta agua de lluvia en tres tambores de mil litros cada uno para los sanitarios y mantener la higiene escolar.
Pero la falta de agua segura impide a los alumnos de esta institución educativa ubicada en el Paraje Picada Maderil km 1.268 acceder al servicio de comedor. Es que es imposible cocinar sin agua.
El pozo perforado de 170 metros no tiene suficiente agua para bombear, por lo que se tomó la decisión de no habilitar el servicio de comedor para los alumnos hasta contar con este líquido elemental. Los docentes esperan que los padres terminen una recuperación de vertientes que permitirá la provisión de agua segura para el consumo. El problema es que la recuperación de vertiente es un proyecto que aún no comenzó.
Un centenar de alumnos
A la Escuela 903 del Paraje Picada Maderil del kilómetro 1.268 de la ruta nacional N° 14 concurren 105 alumnos en dos turnos. Desde el inicio de las clases, el 11 de marzo, los alumnos tienen que llevar sus botellitas con agua para poder hidratarse. Para que los sanitarios no tengan mucho olor y falta de higiene, utilizan el agua de lluvia que juntan en tanques.
Este establecimiento educativo está ubicado a seis kilómetros de la ruta nacional 14 y a catorce de la ciudad de San Vicente. Este no fue un inicio del ciclo lectivo normal para ellos. Es tan bajo el nivel de agua en la perforación que sólo pueden prender la bomba diez minutos por día. Según indicaron los docentes, ya el año pasado el nivel del agua del pozo había bajado pero el verano prácticamente sin lluvias empeoró la situación y aceleró el secado de la perforación.
No obstante a esta situación, desde la dirección de la escuela se mantienen firmes en el dictado de clases y se arreglan con el agua de la lluvia que juntan en tres tambores de mil litros cada uno. Eso usan para el baño y limpiar lo menos posible la escuela para no quedarse del todo sin agua.
Los fondos llegaron en febrero
También recurrieron a las autoridades de Educación, tanto local como provincial y les aconsejaron que siguieran las actividades escolares como pudieran, “sigan intentando con la bomba y cuando se quema la bomba veremos qué pasa”, según comentó una fuente de la institución educativa.
La esperanza más próxima que tiene la comunidad educativa es que se concrete el proyecto de la recuperación de vertiente que ganó la comunidad junto a otras cuatro escuelas que son fondos que vienen de los programas UCAR y PISEAR del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Un proyecto que presentó el concejal Víctor Núñez, cuyos fondos llegaron en febrero pasado.
Los vecinos todavía no comenzaron a hacer el trabajo pero iniciarían este fin de semana. En los próximos días una empresa contratada por los proyectos dará el primer paso para armar la estructura para el tanque de agua y las máquinas de la Municipalidad comenzarían las excavaciones en la vertiente que construirán. Luego harán los canales para el tendido de las mangueras que llevarán el agua a los domicilios. No hay un tiempo definido para que tengan agua, pero aseguran que la obra comenzará este fin de semana.