Ubicada en el barrio San Jorge, uno de los puntos más humildes de la ciudad capitalina, la Escuela 609 se ocupa de la educación de 295 chicos que cursan una jornada completa. En ese contexto los padres de sus alumnos están muy preocupados por el estado del comedor escolar que debió racionar los alimentos por la escasez del presupuesto y durante la mañana de ayer cortaron la avenida Cocomarola.
“Con la jornada completa no se metan”, fue la consigna de la protesta de un grupo de 30 personas que interrumpieron el tránsito en una de las arterias más transitadas de Posadas, donde reclamaron a las autoridades provinciales que resuelvan la problemática de la alimentación de los niños.
“Desde el 2016 hasta ahora están dando el mismo presupuesto sin tener en cuenta todos los aumentos que hubo. La escuela recibe 72 mil pesos que deben alcanzar para alimentar a 295 alumnos. Ahora se raciona la comida, le dan 100 milímetros de leche para cada chico al día, lo cual es poquísimo. Una galleta la terminan partiendo entre tres”, comentó a PRIMERA EDICIÓN una de las madres.
El malestar llegó al límite cuando durante el jueves último “vino una supuesta nutricionista para enseñarnos como administrar los alimentos y nos dijo que un chico no coma la galleta al mediodía”, contó una de las presentes.
“El postre lo sacaron, la fruta no la comen más. Mi hijo tiene que traer él su pan a la escuela y me dice que tiene hambre, esto es una vergüenza”, añadió otro padre.
Además señalaron que “preparan más agua que leche o completan con matecocido y los chicos no quieren tomar eso. Antes se les daban la polenta con queso y con leche, ahora no tiene nada, no tiene ni verduras las salsas, es un puré de tomate con aceite flotando. Mi hija sale de la escuela y llega a casa muerta de hambre”.
Acerca del aporte de este comedor a la comunidad, estos padres detallaron “muchos de estos chicos desayunan o comen gracias a esta escuela porque en su casa no tienen”.
Este grupo de padres que cortaron la Cocomarola integra la comisión del comedor y aseguraron que “desde principio de año trabajamos a fiado. La escuela está debiendo unos 40 mil pesos desde que iniciaron las clases y la respuesta que nos dan desde el Ministerio de Educación es que ese dinero llegará dentro de una o dos semanas pero un niño con hambre no puede esperar más para comer”.
Asimismo, aclararon que “el jueves llegó una representante de comedores escolares de la provincia, que simplemente dijo que iba a compartir nuestras preocupaciones pero este problema existe hace años y ya es hora de tener respuestas. Estamos dispuestos incluso a tomar la escuela y que no haya clases pero no podemos permitir que los chicos pasen hambre”.
Por su parte, la directora de la Escuela 609, Silvia Otano, indicó a PRIMERA EDICIÓN que el establecimiento “cuenta actualmente con 295 alumnos, distribuidos en 16 secciones de grado. Es la única escuela de jornada completa en la ciudad de Posadas, donde los chicos entran a las 8 y salen a las 16, de primer a séptimo grado. Esa es una de las diferencias con las escuelas de jornada extendida que tienen a partir de cuarto grado”.
En cuanto a esta modalidad, aclaró que “la organización de tiempo y espacio es diferente al salir a las 16, donde los chicos pueden estar por la tarde en clases de lengua y matemáticas o en algún taller con los maestros de áreas especiales. En el medio tenemos un horario para el almuerzo y luego el pos comedor que es una hora para poder hacer la digestión pero además son espacios para el aprendizaje”.
El costo de la alimentación
Ante una abundante cantidad de estudiantes y atravesados por el contexto inflacionario actual, mantener un comedor escolar no resulta tarea fácil para las instituciones misioneras.
Teniendo en cuenta que la leche cuesta en Posadas alrededor de 45 pesos el litro y que esa cantidad apenas alcanza para dividirse entre unos 10 vasos pequeños de 100 milímetros, para brindar una copa de leche a los 295 alumnos se necesitaría unos 29,5 litros por día, que mensualmente suman unos 590 litros. Traducido en costos, requiere una inversión de 26.550 pesos por mes sólo para tener leche.
En cuando a los panificados que se les da a los chicos para complementar la alimentación, estos suelen ser galletas. En la ciudad capitalina el kilo de galleta cuesta alrededor de 50 pesos y trae unas 18 unidades.
Distribuir entre 295 niños diariamente requiere que el establecimiento cuente con más de 16 kilos de galletas, que al mes suman unos 320 kilos necesarios que cuestan unos 16.000 pesos para proveer a los niños de ese alimento.