Lo detuvieron a pocas cuadras del departamento de la chacra 179, donde fue grabado por el teléfono celular de una mujer de 68 años que se atrevió además a golpear la puerta y hacerlo salir, presuntamente, tras apuñalar y acabar con la vida de Antonella Rocío Bernhardt (27). Ayer ante el juez de Instrucción 3, Fernando Verón, Cristian Daniel Vargas (29) reconoció que participó del hecho pero no se sentía autor del crimen: “Soy inocente, fue un accidente”.
El hombre atrapado e identificado por la Policía el jueves pasado, pocos minutos después de las 14 y no más de veinte de ocurrida la muerte, no respondió todas las preguntas de los actores judiciales, pero solicitó remarcar su versión de lo sucedido.
Apuntó que la víctima inició una discusión y pelea porque lo habría amenazado con mostrar imágenes de ambos desnudos que ella había tomado con su teléfono celular y se las enviaría a su esposa si no le entregaba dinero y que, en el forcejeo por intentar quitarle el aparato de las manos para borrar tal imagen, también pugnó por quitarle el cuchillo que ella había tomado.
En ese instante, habría relatado Vargas, un movimiento brusco hacia abajo de los dos finalizó con el elemento dentado en el cuello de Antonella, que continuó con el shock hipovolémico e irreversible deceso.
Sobre el desenlace y su escape del departamento del primer piso de la calle Comandante Miño 980 (frente a la bahía El Brete), el sospechoso habría sostenido que se atemorizó y buscó huir, sin dar datos coherentes en cuanto a por qué cerró con llaves e intentó irse, incluso hasta simulando un diálogo a través de la ventana con Antonella, para que saliera a dialogar con las vecinas que estaban en el frente de la vivienda y que acudieron a socorrerla porque oyeron los golpes y gritos.
Las evidencias, indicios y testimonios en contra de Vargas comenzaron a formar parte de los cimientos de un caudal probatorio a partir de la labor de los investigadores de la Dirección de Homicidios y las actuaciones de la comisaría Decimosexta (UR-I) que fueron presentadas ayer ante el juez Verón, que tras designación de un defensor oficial, indagatoria y la revisión médica a Vargas, lo notificaron -pasado el mediodía- de la imputación provisoria por el delito de “femicidio”, lo que derivó en que se extienda su detención y continúe la instrucción del expediente.
En el bolsillo
Entre los puntos clave en contra del sospechoso, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN confiaron que tras detenerlo en proximidades a la delegación de Prefectura Posadas, los uniformados lo requisaron y entre sus pertenencias, dentro de un bolsillo del pantalón, hallaron un teléfono celular que no era de su propiedad y que coincidía con el de Antonella.
Tras las órdenes de periciarlo, se comprobó que era el teléfono de la víctima fatal y que habría sido formateado o modificado de alguna manera tal que todos los archivos se perdieron.
Se estima que esta alteración se produjo en el trayecto desde la vivienda de Bernhardt hasta el punto en que una patrulla de Infantería lo interceptó tras salir de un predio de malezas en el que se quitó la remera roja con la que salió del departamento, tal como lo reflejó la grabación viralizada durante la misma tarde.
El robo para ocultar pruebas pondría a Vargas en una encrucijada mucho mayor a la evidenciada por testimonios y video.
En pocos segundos
Según los datos recolectados hasta el momento y los que trascendieron de la autopsia, Antonella perdió la vida en pocos segundos, se desangró en el piso de su cuarto con un cuchillo incrustado en la garganta. Se especula, resta el análisis de laboratorio, que el arma blanca habría sido limpiada en el lavatorio del baño por el agresor antes de escapar.
Según reconstruye la secuencia, cuando estaba borrando la evidencia, la vecina de 68 años y locataria del departamento, golpeó la puerta y llamó desde la ventana a Antonella porque había sido alertada por otra inquilina que aseguraba oyó golpes y ruidos de gritos, que a una mujer le tapaban la boca para que no gritara. Vargas, en el registro de video se asoma, dialoga, manifiesta evasivas y sale vestido y con un bolso colgando.
Tal vez ante la premura por huir, dejó la canilla abierta y el agua corriendo y el cuchillo dentro del baño. Cuando se retiraba, la misma mujer le exigió las llaves del inmueble, Vargas se las entregó y bajó las escaleras raudamente.
Lo que siguió para la propietaria, su nieto y la inquilina, fue abrir la puerta y encontrarse con el cuerpo casi desnudo de Antonella, sin signos vitales y en un charco de sangre en la habitación frente a su cama.
Minutos después, con la intervención de la Policía, fue ubicado e identificado Cristian Daniel Vargas, de nacionalidad argentina y brasileña, nació en Porto Soberbo pero se crió en la otra orilla del río Uruguay, en El Soberbio.
Vale remarcar que Vargas y Bernhardt no llevaban más de diez días de haberse conocido, el primer contacto lo habrían entablado en una fiesta en el salón de eventos en el que trabaja el presunto autor del femicidio como fotógrafo. El local de fiestas está ubicado en la zona Oeste de Posadas, avenidas Jauretche y Blas Parera, y es propiedad de la familia de la esposa del imputado.
La relación o el vínculo entre ambos jóvenes tuvo inicio reciente, tanto así que vecinos señalaron que nunca vieron al joven deambular siquiera por el barrio, por lo que se especuló con que la muerte pudo ser resultado de un ataque sexual o para ocultar un intento de robo.