Es momento de despertar y recordar que somos Mujeres Sagradas. Y ¿cómo lo logramos? Cada una de nosotras tiene la esencia divina de lo femenino, una conexión con la naturaleza y la Luna, la tenemos desde que nacemos. Nadie puede quitarnos esa semilla que existe en nuestro interior.
Lo primero que podemos hacer es observarnos y comprender nuestras emociones en cada etapa, es un camino de autoconocimiento que nos ayuda a las mujeres a vivir en armonía con nosotras mismas.
La numeróloga Virginia Godoy, colaboradora de Revista SextoSentido explicó que es necesario conectarnos con las fases de la luna y desde allí realizar una autobservación.
Esto es así porque en la naturaleza los ciclos se repiten una y otra vez, como un ritual. La Luna también los tiene. Son veintiocho días en los que va cambiando su forma y su energía, la cual influye sobre el género femenino.
Por ejemplo ¿qué sucede con la Luna Menguante? “Es la fase más débil del satélite, es cuando baja la vibración”.
Comprender nuestro entorno resulta enormemente maravilloso y enigmático, lo cierto es que cada cambio en la Luna genera alteraciones “en la marea, en los animales y por supuesto en nuestras emociones. Cuando comenzás a observar esa conexión que hay entre la naturaleza, la Luna y nuestro útero, te das cuenta que tenés distintos instantes”.
Algunas de las herramientas útiles para sensibilizarnos con nuestros ciclos y estar conscientes de ellos son, el diagrama lunar o simplemente llevar un cuaderno o libro de las emociones que se experimentan en cada momento.
Ya cuando entramos en Luna Creciente, la mujer “nota que tiene la capacidad de crear y de resolver proyectos con mayor facilidad. Todo, semana a semana se va moviendo”, detalló Virginia quien días atrás organizó en Córdoba un encuentro en la montaña con mujeres. Talleres que se vienen realizando en distintos países con el objetivo de convocar a las féminas para que ellas redescubran ese sagrado femenino.
Entonces, cuando somos conscientes del vínculo “comprendemos que somos portadoras del útero sagrado que trae la historia de la humanidad y al entender esto comenzás a respetarte. Es fundamental comenzar con el respeto a una misma, respetar los ciclos y las emociones.
Y desde allí podés brindar tu máximo potencial”.
Recordemos que todos venimos de un útero donde son guardadas un montón de historias.
Entonces, Virgina explica que “cuando nos cuidamos y nos respetamos, como portadoras de cenizas de la nueva humanidad, la tierra va sanando, va generando un contexto de paz, de alegría y de amor porque somos parte de todo”.
Por
Susana Breska Sisterna
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