Son acontecimientos importantes en la vida de todos los chinos.
Yo participé la fiesta de los farolillos, condice con el decimoquinto día del primer mes del calendario lunar chino.
Lo típico de este día es que todo el mundo se reúne en algún sitio público, cada uno con su correspondiente farolillo de color, y se organiza una gran “Feria de Farolillos”. Además de disfrutar de los farolillos de múltiples colores y formas construidos con un derroche de imaginación, se comen bolitas de arroz rellenas con dulces, en la redondez de las bolitas quedan simbolizadas la unidad y la plenitud de la familia.
Durante la fiesta “Chug Yúan” (farolillos) se sueltan farolillos iluminados en los ríos para liberar las ánimas purgatorio budista. En mi cuaderno de recuerdos sólo había quedado este poema inédito.
“Hoy he llegado al fin sobre el espejo del lago occidental de la ciudad Hanchow, y he visto junto a las linternas que se reflejan en la noche de la luna; ahora el jade brilla como una estrella roja y el sándalo despide la fragancia humana.
Yo antes conocí la China en sueños, leyendo los poemas del viejo Li Tai Poh.
Era la voz romántica contando; yo he llegado al fin, sobre el espejo del lago occidental de la ciudad Hanchow, es allí donde florecen en mis manos la reina de las flores”.
Haiku
Mi corazón resplandece, pura expansión de la luz y sin duda la luna piensa que la luz es suya.
Colabora
Aurora Bitón
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