Los seres humanos han empleado al sonido desde el inicio de la humanidad para recibir información de su entorno y para comunicarse, así como para sanar y transformar. Casi todas las culturas antiguas creían que el sonido era la fuerza creativa generatriz responsable de la creación del universo.
Hoy sabemos por la ciencia que todo en nuestro universo vibra y que el sonido da forma a la materia y la transforma, científicos han comprobado como los sonidos si son armoniosos, pacíficos o elevados transforman los cristales de agua. Nuestro cuerpo esta formado por 70% de agua imagínense como puede afectarnos los ruidos molestos y fuertes. Así como los sonidos armoniosos pueden equilibrar, relajar y sanar.
El gran filósofo, escritor y músico Sufí Hazrat Inayat Khan dice que el ser humano está afinado a su entorno y a sí mismo.
Pensando esto, imaginé: cuántas veces estamos tensos por el trabajo y por las preocupaciones. Nos vamos cargando de tensiones. Así que, a parte de la respiración que ya aprendimos en notas anteriores podemos agregarle el sonido y la vibración de alguna letra. Es una práctica liberadora y fácil de hacerla.
Buscamos un lugar donde estemos solos un rato, inhalamos y exhalamos un par de veces para relajar y cuando estén listos hacemos una inhalación profunda y al exhalar hago el sonido por ejemplo de la “A”. Sosteniéndolo un rato largo, la boca se abre y se relaja la mandíbula, soltándola. Dejando salir el sonido de la letra “A”, sin esfuerzos.
Al ir ejercitando, unas cuantas veces, van a sentir la vibración de la letra en la garganta. Enseguida aparece la liberación, como si se estuvieran vaciando su cuerpo. ¿De qué? de tensiones, cargas o tal vez, de cansancio. Pero también de palabras no dichas, sentimientos y emociones guardadas. Y al ir practicando van a darse cuenta cuántas cosas tenemos que ya no nos están haciendo bien. Podemos hacer este ejercicio con cualquiera de las letras, al ir probando van a sentir la vibración de la letra en su cuerpo y pueden elegir cuál usar según cómo estén en ese momento.
La idea es sentir, en el cuerpo, diferentes formas y sonidos para ver también cómo resuena en nuestro interior según cómo estemos.
Los sonidos que no contienen palabras activan la parte del cerebro intuitivo y facilita el acceso a la intuición. La intuición es cómo se comunica nuestra alma con nuestra mente consciente.
Es decir, a través de estas respiraciones y con sonidos, podemos alinear mente, cuerpo y espíritu.
Nuestro cuerpo al tener mucha agua facilita el transporte de la vibración, así que no tenemos excusas. Sólo necesitamos de nosotros, de nuestra voz, encontrar un momento y darnos el tiempo para conectarnos a nuestro interior: equilibrarlo, limpiarlo de toxinas, emociones dañinas y cuántas cosas más, que ya no necesitamos.
Al activar nuestra intuición que fue la que nos llevó a sobrevivir como especie tantos miles de años, podemos conocer nuestro interior y encontrar respuestas para sanarnos, a la vez también unirnos a nuestro universo y a nuestros hermanos en una sola vibración… la del AMOR. Que Dios los bendiga.
Colabora
Paula Vogel
Profesora de Educación
Física.
Educadora Biocéntrica. 3764-414872