Vemos, sí, que están los mal intencionados y que manejan los precios, siendo los culpables en muchos casos de que la inflación no se detenga, aún sabiendo que el dólar no sigue aumentando su cotización y aunque la disminuya, poco les importa y siguen haciendo “de las suyas”, sin importarle el país ni su población.
Ahora bien, del pasado pocos nos acordamos y bien que la sufrimos con distintos “golpes económicos”, a tal punto que hasta aguantamos el famoso “corralito”, el cual hizo mucho daño especialmente a los empresarios y ahorristas. ¿Y las distintas crisis que sufrió el país?
Los que hemos estudiado historia argentina sabemos que los problemas vienen desde épocas pasadas, desde el año 1852, y es como si el actual Gobierno se debe hacer responsable de todos los fracasos y endeudamientos históricos y de los cuales poco sabemos, porque Argentina debe desde siempre y el famoso “verso que nos hicieron” que se canceló la deuda externa -no tiene fundamento- y no hay forma de demostrarlo.
Lo que sí puede comprobarse es el “faltante millonario” que dejó la gestión pasada y de la cual nadie de sus integrantes se quiere hacer responsable, asumiendo esa acción condenable y por la cual estamos sobrellevando la situación actual.
Es que muchas personas se han creído lo que sucedía y nunca pensaron que en la vida hay que ser cauto y manejar la propia economía para no sufrir sobresaltos. Ah! Pero meterse en “camisa de once varas” a pocos les importó , entonces, se aventuraron al difícil compromiso de la compra del vehículo, primero un usado y al poco tiempo el 0 Km, aún sabiendo que su ingreso era insuficiente y no prometía aumentos a corto plazo.
Lamentablemente los distintos gobiernos que trascurrieron no pensaron que muchas fábricas de vehículos no era precisamente la solución para que el país crezca, pues dejaron de fabricarse muchísimas cosas que ahora ingresan como “importadas”, lo cual juega en contra de una economía que necesita aumentar sus divisas “haciendo funcionar sus industrias y generando trabajo en todos los rubros” y no “invitando a la gente a meterse en deudas que luego pasan a ser un grave problema familiar”.
Tampoco tuvieron en cuenta el conocido “cambio climático”, el cual viene mostrando su inestabilidad y desarreglo que perjudica notablemente a la agroganadería principalmente, sin dejar de lado las importantes pérdidas que sufren los inundados. Miles de veces se dijo: “Argentina se destaca por su inmensa riqueza” y siempre quedamos en ese concepto sin que aparezcan decisiones importantes que nos lleven a superar los problemas
repetidos en el tiempo.
Otra cosa llamativa fue la “tentación por meterse en política” y es lógico si sabemos que los políticos son los que no quieren dejar de estar en ese “ruedo que los beneficia”, mientras Juan y María Pueblo siguen poniendo el hombro y aguantando todos los sinsabores que aparecen constantemente.
Históricamente ¡nos mienten! y además permiten que se siga despilfarrando el dinero, lo que hace imposible que salgamos adelante, porque la gran pregunta entonces es: ¿Cuánto le cuesta la democracia al país? Y cada uno sacará sus conclusiones.
Hemos perdido hasta la educación de nuestros niños y jóvenes, hemos permitido el ingreso del peor castigo que es el consumo y que hace irreversible el daño que causa en los cada vez más adictos y quizás ya sea tarde para frenar ese flagelo. Se ha dejado avanzar a ciertos
sindicalistas, a tal punto que son capaces de poner en riesgo la inversión económica y la creación de nuevos puestos de trabajo, por su
afán egoísta y totalitario usando a la clase trabajadora como rehenes.
No señoras y señores, la cosa es complicada y si no se ordena la estructura democrática, todo seguirá igual o peor lamentablemente.
Ernesto Doedderer
(Posadas) Misiones