Como cada año habrá quienes creen que ese festejo es incompleto sin el uso de bombas de estruendo u otras pirotecnias, e ignoran el riesgo del manejo de éstas y la reacción que genera en los animales o personas sensibles a esos estruendos.
Hace ya un tiempo que viene insistiéndose en la necesidad de sus pender la venta de esos productos, sean de la fabricación que sean, ya que entre ellos también existen muchos de dudosa hechura y no pocas veces se transformaron en bombas que lastimaron seriamente a quienes “gozaban” con ellos.
Pero también es importante tener presente el miedo que genera entre las mascotas y que en muchos casos pueden transformarse en ataques de pánico que las vuelven peligrosas para las personas y, particularmente, para los niños entre ellas. Los perros, por ejemplo, se esconden bajo la cama y resulta muy difícil después sacarlos de allí, ya que gruñen y tratan de morder a quien se les acerque.
Carlos Enrique Cantero
Posadas (Misiones)