En esa época el folclorista estaba preso por un homicidio. Famoso entonces, la cárcel fue opacándolo hasta el olvido de hoy.
Esa es, al parecer, la filosofía de seguridad que se quiere imponer desde el gobierno, pero que afortunadamente aún debe vencer el rechazo de amplios sectores de la política y hasta de la propia Policía. Por ejemplo, el jefe de la Policía pampeana ya expresó su oposición y varios gobernadores, entre ellos la bonaerense María Eugenia Vidal, plantearon objeciones al cambio que se pretende dar a las fuerzas del orden en el combate del delito.
Desgraciadamente, la regla propuesta convierte en “delincuente” a cualquier persona que parezca diferente al “ciudadano común”. En particular, por su necesaria prestancia a los sectores más pobres y desposeídos de la sociedad.
Además transformaría al policía en un blanco para quien va a cometer un delito, por el riesgo que éste significa para su propia integridad. Y no defiendo al delincuente.
Justo Emilio Gómez
Posadas (Misiones)