Según los primeros datos, el vehículo estaba estacionado frente al banco Macro de Puerto Wanda, completamente cerrado. En el interior del mismo, los efectivos policiales vieron a la pequeña niña, bañada en sudor, con la piel rojiza por el calor que hacía dentro del rodado.
De inmediato, los policías indicaron a la pequeña como podía abrir la puerta, tras varios intentos fallidos logró hacerlo y lo primero que dijo al salir fue que tenía mucho calor.
Mientras la menor era asistida, se procedió a ubicar a sus padres. Finalmente, en la fila de atención de la mencionada entidad bancaria estaba el padre de la pequeña, un hombre de 57 años, quien al ser informado por los agentes acerca de la situación manifestó que éstos “tienen cosas más importantes que hacer y que no deberían preocuparse por su vida o la de su familia”.
De manera preventiva se procedió a la demora del hombre, quien fue trasladado a la Comisaría jurisdiccional y se solicitó la presencia del médico policial para examinar a la pequeña.