En la década del 60 funcionó en sus alrededores un importante balneario, luego quedó un poco olvidado por la sociedad, pero su majestuosidad y el entorno natural hacen que nunca “pase de moda” disponerse a dejarse llevar por su toque especial y disfrutar de la naturaleza.
Está ubicado en el arroyo Guiray, justo en el límite de los municipios de San Vicente y Dos de Mayo, dentro de una reserva natural de unas diez hectáreas en las que se concentra toda la belleza de la selva misionera.
Hasta hace unos años llegar al salto era muy difícil, a pesar de tener dos accesos, uno por la ruta nacional 14, a la altura del kilómetro 1.251; y otro por la ruta provincial 221. Sin embargo, con la inauguración del asfalto del camino provincial sólo deben transitarse tres mil metros de camino de tierra.
El salto tiene una doble caída de agua muy bien marcada, de unos quince metros, y la espesura verde que lo rodea concentra una gran variedad de aves, insectos, mariposas y hasta algunos pequeños mamíferos que con un poco de paciencia se dejan ver.
La caída de agua origina un gran embalse que muchos utilizan como balneario en época estival. En la parte superior también hay una piscina natural que corre desde el monte y entre las piedras formando uno de los más bonitos espectáculos de Misiones.
Los antiguos dueños de este espacio improvisaron un balneario que funcionó durante varios veranos, luego se fueron y todo quedó abandonado. Al estar en el límite de dos municipios, ambos se dirimen su dominio, incluso hace unos años una ONG de la zona intentó hacer una reserva ecológica y un atractivo turístico, pero no lo consiguió. Actualmente la municipalidad de San Vicente pidió el acondicionamiento del camino de acceso para que esta pequeña maravilla no quede limitada a unos pocos.
Su majestuosidad y su entorno ecológico invitan a conocer la naturaleza en un ambiente natural que conserva la flora autóctona porque aquí no llegaron los verdugos de los grandes árboles. Y un paredón de piedras forma una de gruta que le da un entorno aún más agreste y misterioso.
El salto está a 18 kilómetros de San Vicente, tomando la ruta 221, quince por asfalto y tres por tierra; el otro acceso, por la ruta 14 se encuentra a 24 kilómetros de Dos de Mayo, de los cuales 14 deberán transitarse por una senda vecinal.