La muerte de Víctor Maidana (73), ocurrida en septiembre de 2016 en una quinta del Paraje San Isidro, zona sur de esta capital, camina a su posible esclarecimiento en debate oral y público. La causa que tiene como acusada a la exconcubina del cuidador de la propiedad será elevada a juicio luego que el fiscal de Instrucción 2, Christian Antúnez revisara el expediente y lo devolviera, para confirmar la decisión al juez César Antonio Yaya.
La única sospechosa como autora directa del asesinato, hoy de 60 años, está imputada de “homicidio simple” por lo que enfrenta una posible condena entre los 8 y 25 años de prisión si es hallada culpable.
De acuerdo al expediente y coincidente con lo ya relatado por PRIMERA EDICIÓN, Maidana murió de una estacada en el cuello que le destrozó la carótida dentro de la vivienda de la quinta “El Lucero” propiedad de un comerciante posadeño y que la víctima estaba empleado como cuidador.
El hallazgo del cadáver se se produjo el miércoles 28 de septiembre, pasado el mediodía, al día siguiente del ataque, cuando ardían los pastizales de una chanchería vecina.
Al llegar los bomberos solicitaron ingresar por el predio de la avenida 210 casi exruta provincial 213 -hoy avenida Alicia Moreau de Justo- para combatir las llamas que se acercaban al alambrado. Como Maidana no respondía a ningún tipo de llamado. fue alertado el propietario del predio que no tardó en llegar, abrir el portón principal y minutos después comprobar que el cuidador yacía sin vida dentro de la casa.
Un móvil pasional del crimen se convirtió en la principal hipótesis del expediente luego de la labor de los efectivos de la Dirección de Homicidios de la Policía y pesquisas de la Unidad Regional X, quienes recogieron testimonios de vecinos que vieron entrar y salir de El Lucero a Maidana en su motocicleta y acompañado por una hija de 37 años de la sospechosa, y luego a pie a esta última alrededor de las 17.30 del martes 27 de septiembre.
La mujer que estaba con Maidana fue imputada en la causa por una presunta participación en el crimen, pero luego liberada de culpa por falta de mérito.
El posterior hallazgo de prendas de vestir con manchas de sangre en la vivienda particular de Maidana en el complejo habitacional San Isidro, donde convivía con la supuesta autora del crimen, más un par de ojotas de ella cuya morfología coincidió con las huellas halladas en la escena del crimen apuntalaron la autoría del asesinato. Como también el cuchillo encontrado entre las malezas quemadas y un rastrillo con el mango roto.
La principal hipótesis del homicidio se basa en una discusión producida cuando la pareja de Maidana irrumpió en la casaquinta El Lucero, predio al que ingresó por una puerta alternativa al portón eléctrico y principal, tomó un cuchillo y lastimó la carótida a Maidana, lesión que derivó en un shock hipovolémico. Pero que también lo golpeó con un rastrillo cuyo mango de madera se partió en dos partes y que los dientes de la herramienta le provocaron las lesiones en el rostro y cráneo.