Con representantes de todas las escuelas de Posadas y algunas facultades capitalinas, la plaza 9 de Julio fue el espacio elegido para volver a hablar de alimentación saludable.
Las ferias de ciencias tuvieron gran protagonismo con esa misma propuesta, éste año y por eso, los ganadores de cada colegio fueron los embajadores en la plaza para sumarse a la muestra como espectadores.
Recorrieron los stand para aprender recetas fáciles y bajas en calorías, para el “picoteo” entre comidas, juegos, desafíos, pinturas y algo de teatro fue la propuesta oficial para seguir insistiendo con eliminar costumbres alimenticias poco saludables.
En casi todos los pequeños escaparates pudieron probar las ensaladas de frutas bajas en azúcar, aguas y pancitos saborizados. En uno de ellos, especialmente, fue posible observar para aprender a no desperdiciar la comida, transformar el arroz en croquetas, y los cabos de acelga marinados, que generalmente se tiran, pero que pueden ser muy sabrosos si se los prepara adecuadamente.
A través de canciones, desafíos y degustación de frutas, gelatinas y yogures elaborados naturalmente, se vivió una jornada de concientización con miras a sorprender a tanto a paseantes como a participantes.
Los niños que estaban de visita jugaron, degustaron en los stand, se pesaron para tener un diagnóstico aproximado del estado en que se encuentran.
Objetivos pendientes
Entre las metas para trasladar al aula y más precisamente, al quiosco escolar, todavía no hay grandes avances, pese a los intentos.
Aunque los trabajos ganadores de la ferias de ciencias de las escuelas volvieron mostrar que son una necesidad, cuesta que los chicos adopten el hábito en ese ámbito.
Para los docentes consultados en el lugar, si en la casa no adoptan esa forma de consumo, a la hora del recreo es improbable que cambien.