El marcado descenso del río Paraná a causa de la falta de lluvias generó preocupación en Corrientes, donde la pesca es uno de los principales atractivos turísticos junto a los Esteros del Iberá. La situación hizo que incluso las autoridades evaluaran la posibilidad de decretar una veda extraordinaria, que finalmente no se produjo para no perjudicar precisamente a los sectores que viven de la pesca.
En un mano a mano con Río Arriba, el director de Recursos Naturales de Corrientes, Carlos Bacqué, sostuvo que los pescadores deportivos son los que más infracciones cometen al momento de salir al río. “En el primer semestre del año pasado teníamos 204 actas labradas por nuestros inspectores y este año superamos las 400”, detalló el funcionario.
Entre las principales irregularidades mencionó pescar sin licencia, tener peces sin los precintos y ejemplares fuera de medida o en cantidades mayores a las establecidas en el permiso que otorga Recursos Naturales. Bacqué agregó que “cuando tienen que hacer un descargo en el sumario, dicen que no sabían, que no estaban al tanto de la legislación pero cuando nosotros vamos a los archivos vemos que muchos de ellos son reincidentes”. En ese sentido dijo que “muchos de esos infractores son misioneros”.
El funcionario se mostró decepcionado por la actitud de algunos pescadores deportivos durante la primera etapa de la fuerte bajante del río Paraná “porque salían a buscar con ecosonda los pozos donde los peces buscaban refugio y ahí no se conformaban con sacar uno o dos, sino la mayor cantidad posible”.
Para Bacqué “siempre está el descarriado que quiere hacer lo que se le da la gana, y la idea es que cuidemos entre todos la fauna íctica o no cuidamos nada. Necesitamos de la colaboración del pescador deportivo y también del comercial porque sin ese aporte, no hay estructura que aguante”, se sinceró.
Sin embargo, se encargó de marcar diferencias: “El pescador comercial vive de eso y el pescador deportivo practica la pesca como un deporte”, aunque “los controles deben ser para todos por igual”.
Pesca comercial
Bacqué destacó que desde el inicio de su gestión hubo una considerable merma en la cantidad de pescadores comerciales en Corrientes. “Empezamos a cruzar datos de los registros y así pudimos establecer que muchos en realidad eran ladrilleros o carreros. A partir de ahí nos sentamos con las distintas asociaciones y les planteamos la necesidad de sincerar los padrones. Así, de un año a otro bajamos el número de pescadores comerciales de 1.215 a 715, y la idea es volver a bajar esa cantidad para el año que viene”, detalló.
El funcionario dijo que “siempre se busca el consenso, no imponer nada” y en ese sentido sostuvo que también se trabaja en la apertura de las mallas que usan los pescadores comerciales, más conocidos como malloneros.
Para el director de Recursos Naturales, todas las provincias que comparten el río Paraná deberían consensuar medidas para la protección y el manejo de la fauna íctica. “Deberíamos hablar un mismo idioma: donde hay pesca comercial usar el mismo tipo de malla, las vedas también deben ser consensuadas con las provincias vecinas porque no podemos hacer un dique para que los peces no crucen y se queden con nosotros que los estamos cuidando. Yo creo que llegó el momento de sentarnos a dialogar y hacer un único manejo, y que sea el que nos dé el mayor de los beneficios y el menor de los perjuicios”.
Bacqué consideró posible negociar con Misiones y Chaco, pero fue lapidario con Santa Fe. “Es como pretender hacer un pozo en el agua…”, dijo tajante.