Justicia. El pedido nunca redundante de familiares y amigos de Natalia volvió a hacerse oír ayer, esta vez en el cementerio La Piedad, donde los restos de la joven finalmente fueron enterrados.
El cortejo fúnebre arribó al camposanto alrededor de las 15, directamente desde la Morgue Judicial, apenas minutos después de que concluyera la autopsia. Teresa, la madre; Lorena y Germán, los hermanos; y Ramón, el padre de la víctima, se quebraron en el medio de la despedida.
“Voy a luchar hasta las últimas consecuencias para que se haga justicia. Que la persona que hizo esto pague con la máxima pena, que es cadena perpetua, que es lo mínimo. A mí no me va a calmar el dolor, para mí tiene que ser mucho más que cadena perpetua”, le dijo a PRIMERA EDICIÓN Ramón Samaniego (47), padre de Natalia.
El hombre, domiciliado en Resistencia, dijo que no conocía a Carleris más allá de lo que le comentaba una de sus hijas, quien reside en Posadas. “Ella me dijo varias veces que había agresiones y muchas peleas en la pareja. Ella estaba convencida de dejarlo, pero él le insistía y la convenció”, recordó Samaniego, quien aseguró que no tiene nada para decirle al acusado.
Teresa también habló ayer con los medios y aseguró que dos semanas atrás les había regalado una heladera a la pareja. Indicó que aún no pudo saber si se trata de la misma en la que fue encontrada muerta su hija.