El caso tuvo varias idas y vueltas, recusaciones y la declaración de una testigo que exculpaba al imputado. Sin embargo, en base a la totalidad de pruebas recolectadas, por mayoría, el Tribunal Penal 1 de Eldorado resolvió condenar a un hombre de 36 años a quien su concubina había denunciado por abusar de su hija y violar a su hijastra en 2016.
Mientras afuera los familiares y amigos se manifestaban con carteles exigiendo su libertad, antes de la lectura de la sentencia, el acusado hizo uso de su derecho a emitir una últimas palabras ante los magistrados. En su declaración, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, solicitó que, si era condenado, al menos le permitieran a sus hijas que fueran a visitarlo a la cárcel. Con estas palabras habría dado a entender que era inocente de las acusaciones.
Justamente, en las audiencias anteriores hubo una serie de planteos de la defensa para sumar más pruebas ante las dudas que habían surgido. Ese pedido fue acompañado por el doctor Atilio León, pero negado por las juezas Lydia Gallardo y María Teresa Ramos.
Declaración que abrió interrogantes
La semana pasada se había llevado adelante la etapa de alegatos. En esa instancia el defensor del imputado, el doctor Fabián de Sá, había solicitado la absolución de su defendido, ya que entendía que las pruebas recabadas no podían dar una certeza concluyente acerca de la culpabilidad.
El defensor puso en tela de juicio la única pericia de Cámara Gesell que se hizo a las menores de 5 y 11 años. Esa objeción radicó en las afirmaciones de la tía que actualmente cuida a las niñas, quien ante los magistrados declaró que la madre había inducido a las hijas a que mintieran y culparan a su padre y padrastro, respectivamente, porque su hermana quería iniciar una nueva relación con otro hombre. La tía y sus sobrinas viven ahora en Buenos Aires. En cierta oportunidad las había notado tristes a ambas, por lo que les preguntó qué les pasaba. La mayor primero y la menor después le habrían confesado que su papá nunca les había hecho nada malo.
Recusación
Por mayoría de las dos integrantes del Tribunal, no hicieron lugar al pedido de ampliación de pruebas pedida por el defensor. Lo que siguió fue la recusación a las juezas Gallardo y Ramos. Por ello, ambas se inhibieron al hacer uso de los artículos 51 y 55 del Código Procesal Penal de Misiones.
Como subrogantes, el Tribunal tomó una nueva conformación con las doctoras Liliana Beatriz Komisarski, María Carla Bergottini y el integrante que no fue impugnado, León. A esa situación se sumó el pedido del doctor Luis Barrandeguy, fiscal subrogante, quien pidió la nulidad de todo lo actuado y que se fijara una fecha para un nuevo juicio. En voto dividido, Komisarski y Bergottini rechazaron los planteos. El juicio siguió su curso con Ramos y Gallardo nuevamente frente al Tribunal.
Como se mencionó anteriormente, en los alegatos el fiscal dio por probado el abuso contra la hija de cinco años y la violación en contra de su hijastra de 11. Se basó en la pericia de Cámara Gesell y el certificado médico, que acreditó el acceso carnal de la niña más grande. Por ello, solicitó que se le aplicara la pena de 13 años de prisión a quien anteriormente se dedicaba a la venta ambulante en la ciudad de Puerto Iguazú.
Finalmente el martes las partes fueron convocadas para escuchar la sentencia. Con voto en contra del doctor León y la afirmativa de Lydia Gallardo y María Teresa Ramos, el Tribunal Penal 1 de Eldorado resolvió condenar al acusado a la pena de trece años de prisión, al ser hallado responsable de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por el vínculo y la convivencia preexistente, en reiterados hechos” contra la niña de 11 años; y “abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el vínculo y la convivencia preexistente, dos hechos”, contra su hija de 5.
El ahora condenado cumplirá la sentencia en el Unidad Penal III del Servicio Penitenciario Provincial. En nueve días se conocerán los fundamentos de la sentencia. No se descarta que el abogado defensor plantee una apelación al fallo.