No se puede hablar de “oleada”, sino más bien de “goteo” año a año, pero lo cierto es que la condición de “Crisol de Razas” que se le atribuye a Misiones por las sucesivas colonizaciones de inmigrantes europeos que forjaron esta provincia entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX sigue vigente.
La situación geopolítica planetaria ha cambiado y ahora casi todos los que llegan a la “tierra prometida” misionera proceden de los países vecinos, fundamentalmente Paraguay y en menor medida Brasil, pero no deja de ser una constante el atractivo que estas latitudes tienen para los foráneos, al punto de que es el sexto distrito del país que más inmigrantes incorporó a su población en los últimos años y, con diferencia la provincia “preferida” por ellos en todo el Nordeste argentino.
Según datos oficiales de la Dirección Nacional de Migraciones, entre 2016 y 2017 (de este año aún no hay cifras concretas), un total de 6.351 personas se radicaron de forma definitiva en Misiones. Por delante de ella sólo se ubican Buenos Aires (185.665), Capital Federal (168.232), Córdoba (12.796), Santa Fe (8.352) y Mendoza (6.433).
Incluso, en 2016, Misiones superó a la provincia cuyana con 3.419 inmigrantes frente a 3.184.
Muy lejos quedan otras provincias del NEA o del Litoral como Entre Ríos (13ª, 2.529), Corrientes (14ª, 2.304), Formosa (16ª, 1.893) y Chaco (17ª, 1.604).
Si bien no hay datos oficiales discriminados por nacionalidad, yendo un poco más atrás en el tiempo, entre 2011 y 2015, cuando en Misiones se radicaron definitivamente 8.251 extranjeros, alrededor del 80% de ellos eran paraguayos (6.540) y un 12,5% (1.084) brasileños.
Por detrás de ellos, las nacionalidades más frecuentes eran colombiana (263), uruguaya (47) y española (44). Más allá de la procedencia de otros países de la región, entre los casos anecdóticos habría que sumar a 14 suizos, 13 italianos, 12 mexicanos, 10 chinos y otros tantos estadounidenses.
Ecos de la “gran inmigración”
El último censo nacional, elaborado en 2010, arrojó un total de 44.012 inmigrantes que por entonces vivían en Misiones, sobre un total de 1.101.593 habitantes. De ellos, era muy notorio el predominio de los históricos “pioneros”, con más de 4.300 personas de más de 80 años, y también de una franja de edad entre 55 y 75 años, con un total cercano a los 17 mil individuos.
De los 44 mil inmigrantes de 2010, 20.870 eran hombres y 23.142 mujeres. El 76,4% de ellos ingresó al país antes de 1991, el 9,7% entre ese año y 2001 y en el período 2002-2010 ya empezaba a palparse la tendencia creciente de Misiones como “atractivo” de foráneos, con un 13,9% del total.
En cuanto a nacionalidades, los pobladores extranjeros de la “tierra colorada” en 2010 eran mayoritariamente de países limítrofes, especialmente paraguayos (26.800, más de la mitad del total) y brasileños (13.000), aunque en este último caso la mayoría estaba radicada desde mucho antes en la provincia y se empezaba a verificar una merma en el flujo, superado incluso por el de chilenos y uruguayos.
En cuanto a los europeos, representaban un 5% del total, con predominio de españoles y alemanes, pero muy repartido entre diez países del viejo continente. A ellos se sumaban medio millar de asiáticos (en su mayoría japoneses), casi un centenar de nacidos en Oceanía y apenas 16 africanos, una población que se multiplicó notablemente en los últimos ocho años y que ya supera los 200.
Poca migración interna
Curiosamente, en contraposición al arribo fluido y permanente de extranjeros, Misiones se constituye como la segunda provincia con menor incidencia de argentinos llegados desde otros puntos del país sobre su población total: “sólo” un 7,2% de los residentes nacionales en la tierra colorada nacieron fuera de ella, en contraposición a zonas como Tierra del Fuego (61,6%), Santa Cruz (43,5%) o Capital Federal (31%).
Sólo en San Juan hay un menor porcentaje de argentinos nacidos fuera de su provincia (6,5%), mientras que en Corrientes son 9,8%, en Chaco 8,3% y en Formosa 7,7%.
Frontera “caliente”
Si bien los flujos migratorios tienen poca incidencia en comparación con el tráfico vecinal y con los movimientos hacia destinos vacacionales, no hay que olvidarse que Misiones cuenta con los dos pasos fronterizos más utilizados del país, superando incluso al aeropuerto de Ezeiza.
El primero de ellos es el puente internacional San Roque González de Santa Cruz, entre Posadas y Encarnación (Paraguay), que en 2017 registró el cruce de 12.897.968 personas y viene creciendo a un ritmo sostenido de entre 1,5 y 2 millones cada año, según cifras de la Dirección Nacional de Migraciones.
Muy cerca se sitúa el puente Tancredo Neves, entre Puerto Iguazú y Foz (Brasil), que en 2015 era el paso internacional argentino con mayor volumen hasta que fue superado por el de Posadas. En el último año registró el cruce también de más de 12 millones de personas, de forma que ambos viaductos misioneros acumularon el 31,45% del tráfico fronterizo en el país.
En el tercer lugar, el internacional de Ezeiza marcó en las últimas mediciones de Migraciones un total de 9.874.208 ingresos y egresos en el año (12,44% del total nacional), mientras que el cuarto, Paso de los Libres (Corrientes)-Uruguayana (Brasil), quedó ya muy lejos con 4.563.660 cruces (5,75% del total).
Cabe destacar que entre los primeros lugares del mismo ranking figuran otros pasos fronterizos misioneros, como el de Bernardo de Irigoyen con Dionísio Cerqueira (538.953 cruces en 2017, 22º del país), el puerto de Alba Posse (33º, 248.490), Andresito-Capanema (35º, 206.206) o El Soberbio-Porto Soberbo (41º, 159.712).