Néstor Fabián “Negro” Rojas (52) enfrentó ayer por primera vez una indagatoria judicial. Y resolvió romper el silencio. El presunto sicario narco investigado por el crimen del mecánico Aldo Cantero (31) admitió ante la Justicia que compartió un asado con la víctima el día del hecho pero negó ser el autor del homicidio.
Al respecto, dijo que los asesinos arribaron al lugar por la tarde y que debió escapar para evitar ser, también, ejecutado a balazos.
Rojas habló durante poco más de tres horas ante el magistrado Carlos Giménez, titular del Juzgado de Instrucción 7 de Posadas y al frente de la pesquisa, que ayer arrojó otro resultado trascendental, en Eldorado, con el hallazgo del que sería el arma homicida.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, Rojas arribó al Juzgado del barrio El Palomar bajo una fuerte custodia policial, alrededor de las 12. Junto a sus abogados, Ricardo Skanata y Ramiro Rivero, escuchó primero el relato de los hechos que se le endilgan. Quedó así imputado provisoriamente por el delito de “homicidio”.
Después, por consejo de sus abogados, tomó la palabra y brindó un pormenorizado relato de los hechos, siempre según su versión. Admitió entonces que ya el sábado 4 de agosto -un día antes del crimen- llegó junto a la menor que lo acompañaba hasta la casa de Cantero, en el Lote 89 de Gobernador Roca.
En la mañana siguiente, aseguró que junto a la adolescente de 15 años, Cantero y la mujer de éste, fueron hasta un supermercado chino de la localidad, emplazado sobre la ruta nacional 12, donde compraron carne y bebidas alcohólicas. Hasta allí, las cámaras de seguridad del comercio confirman la historia. Prepararon luego un asado que compartieron junto a otros familiares del mecánico que arribaron al lugar.
Sin embargo, a la hora de explicar cómo fue ultimada la víctima, Rojas explicitó su coartada. Dijo que en determinado momento Cantero recibió una llamada telefónica. Minutos más tarde, un grupo de hombres arribó en auto al Lote 89. Supuso que podrían ser “paseros” o gente ligada al ilícito que parecían tener una “cuenta pendiente” con el mecánico.
El acusado aseguró que, en determinado momento, los recién llegados habrían extraído armas de fuego, razón por la que resolvió escapar a la carrera, a toda velocidad, por la zona rural y junto a la menor que lo acompañaba. Dijo no saber nada más al respecto. Y no respondió más preguntas, tras argumentar que estaba cansado.
Anteriormente Rojas había aclarado un dato no menor. Subrayó que no sabía de la existencia de los 1.800 kilogramos de marihuana que estaban ocultos en una suerte de sótano de la casa del mecánico, cargamento que fue descubierto al otro día por las autoridades. En otras palabras, Rojas se desligó tanto del crimen como del estupefaciente.
También se dijeron inocentes
La declaración de Rojas selló una maratónica jornada de indagatorias en el Instrucción 7. Anteriormente también desfilaron ante Giménez los otros tres mayores detenidos en la causa. Se trata de dos hombres y una mujer, todos de Entre Ríos, que fueron imputados en principio por “encubrimiento”.
Los tres fueron apresados en el complejo de cabañas donde Rojas terminó detenido, el último lunes por la mañana. No obstante, los investigadores creen que no está clara la relación de ese trío con el homicidio y que la presencia de los foráneos se corresponde sí con los poco más de tres kilogramos de cocaína que Rojas aparentemente iba a venderles.
De una u otra manera, lo cierto es que los dos hombres, representados por el defensor oficial Enrique De La Fuente, también declararon y se desligaron del crimen de Cantero. Aseguraron que simplemente llegaron a Misiones para cruzar a Paraguay para comprar prendas de vestir al por mayor. Indicaron que su presencia en el complejo de cabañas junto al presunto sicario fue apenas una coincidencia. La mujer, en tanto, se abstuvo de declarar.
La quinta involucrada es la menor de quince años, acompañante de Rojas, de nacionalidad paraguaya, quien era buscada tras una fuga de hogar en la Colonia San Lorenzo, departamento de Itapúa. Si bien en un principio existieron dudas sobre su verdadera edad, estaría prácticamente confirmado que efectivamente tiene 15, razón por la que Giménez ordenó que sea puesta en resguardo y, a la vez, se inicien los trámites ante Cancillería para que sea entregada a sus padres.
El hombre más buscado
Rojas es investigado por la ejecución a balazos de Cantero, perpetrada alrededor de las 20.10 del domingo 5 de agosto en Gobernador Roca, a 70 kilómetros de Posadas, en lo que habría sido un ajuste de cuentas narco.
Las imágenes de las cámaras de seguridad del mencionado supermercado rápidamente permitieron que los efectivos de la SAIC y Homicidios de la Policía provincial posaran su atención sobre Rojas, quien por entonces tenía un pedido de captura de INTERPOL por otro hecho sangriento ligado a las drogas: el asesinato a balazos de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra cerca del monte El Acuerdo de Posadas, el 17 de noviembre de 2015.
Ante esos datos, se inició una sigilosa investigación que tuvo su corolario una semana después del crimen de Cantero, el lunes último, cuando las autoridades obtuvieron el dato que indicaba que Rojas estaba oculto bajo una identidad falsa en el complejo turístico de la avenida Urquiza de la capital provincial.
La información no estaba errada. Mediante un despliegue de proporciones, los uniformados rodearon el predio y entraron. Rojas no tuvo tiempo de reaccionar. “Ya está, ya perdí, ustedes saben bien quién soy, el ‘Negro’ Rojas”, les dijo, ya esposado, a los investigadores.