El juicio contra un vendedor ambulante de Iguazú, acusado de abusar de su hija y su hijastra, entró ayer en la recta final. En la etapa de alegatos la fiscalía insistió en la culpabilidad del imputado, en tanto que la defensa reiteró el cuestionamiento al rechazo a la ampliación de pruebas que solicitó oportunamente. En ese sentido pidió la absolución del defendido. Mientras puertas adentro comenzaba la sesión, frente a la sede del tribunal se convocaron familiares y amigos del acusado, quienes pidieron que sea liberado.
Al momento de su exposición, el fiscal subrogante Luis Barrandeguy consideró que estaban probados los abusos cometidos contra las dos menores, hechos que fueron denunciados por la madre en abril de 2016. El representante del Ministerio Público mantuvo firme la primera pericia de Cámara Gesell, en la que las niñas de 5 y 11 años relataron que su padre y padrastro, respectivamente, había abusado de ellas en más de una oportunidad. Ese punto había desatado una polémica y motivó recusaciones al Tribunal que originaron la demora en la continuación de las anteriores audiencias.
Además, para fundamentar la imputación, el fiscal se basó en los exámenes médicos practicados a las niñas, que certificaron defloración en una de ellas. En base a las pruebas presentadas, solicitó la pena de trece años de cárcel, al considerar al acusado, de 36 años, responsable de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por el vínculo y la convivencia preexistente, en reiterados hechos” contra la niña de 11 años; y “abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el vínculo y la convivencia preexistente, dos hechos”, contra la otra menor que entonces tenía 5 años.
Por su parte, Fabián de Sá, el abogado defensor, basó su alegato en las dudas que se presentaron en el debate tras la declaración de la tía de las niñas. Sucedió que en la primera audiencia realizada tras la feria judicial, compareció ante los magistrados la hermana de la denunciante. Su testimonio había sido propuesto por la defensa. La mujer contó que sus sobrinas habían sido obligadas por la madre a decir que su padre había abusado de ellas. Aparentemente quería deshacerse de su concubino para iniciar una nueva relación.
Inmediatamente el defensor pidió una nueva pericia de Cámara Gesell. Sin embargo las magistradas Lydia Gallardo y María Teresa Ramos negaron el pedido del letrado, en tanto que el doctor Atilio de León se mostró a favor de ampliar esa prueba. Lo que siguió fue una recusación del Tribunal que debió ser conformado por camaristas del fuero civil de apelaciones. En el análisis del planteo, las subrogantes Liliana Beatriz Komisarski y María Carla Bergottini votaron en línea con lo que decidieron Gallardo y Ramos, quienes se habían excusado de continuar presidiendo el juicio. Para sumar un ingrediente más a los incidentes jurídicos, el fiscal había pedido la nulidad de todo lo actuado y que las audiencias comenzaran de cero. Nuevamente no hubo unanimidad en los votos del Tribunal. Ya de vuelta en sus roles, Gallardo y Ramos rechazaron el planteo de Barrandeguy, en tanto que Atilio León votó a favor.
Es así que ayer el doctor de Sá pidió la absolución de su defendido, al entender que en el desarrollo del debate quedó en evidencia que primaba la duda, antes que la certeza para condenar al padre por los abusos que se le endilgaban.
Tras los alegatos, el tribunal citó a una nueva audiencia para el próximo martes, desde las 8.30, a fin de dictar la sentencia que definirá la culpabilidad o no del imputado.