Si bien Misiones no es reconocida por ser una provincia minera, sí desarrolla esta actividad a través de la producción de rocas para triturados pétreos (que incluye basalto, granito y caliza), arena, arenisca y piedras preciosas. Son cuatro producciones características que se explotan en distintas zonas, siendo la extracción del basalto, o roca negra, la principal.
“Según los datos arrojados por el censo minero, que se realiza a nivel nacional, la producción de basalto alcanza las 800 mil toneladas anuales, mientras que de arena tenemos 400 mil toneladas anuales dentro de la provincia”, apuntó el subsecretario de Industria, Jorge Romero.
Y enfatizó que “es una de las poseedoras de la piedra que se utiliza para la construcción la cual se provee a casi todo el litoral”.
Además, el funcionario indicó que actualmente tienen registrados 30 productores de basalto, 40 productores de arena, tres productores de arenisca o piedra laja, y tres productores de piedras preciosas.
“Una de las funciones puntuales que tiene la Dirección General de Minería y Geología, de la cual depende la Subsecretaría de Industria, es actuar de contralor y proteger los derechos de explotación que le corresponden a la provincia de Misiones, es decir, se encarga de la custodia de los bienes provinciales”, señaló.
Y remarcó que a partir de la Ley 24.585, del año 95, “hay necesidad de remediar aquellas canteras que han sido abandonadas”.
“El nuevo pacto federal minero que se firmó el año pasado hace un refuerzo en la asociatividad de la explotación y la remediación. Nadie puede explotar una cantera sin un plan de remediación ambiental”, apreció.
Recordó que previo a la ley, hubo intervenciones que quedaron al aire libre y precisó que en estos casos se llevó adelante una remediación. “Se procede a una plantificación que conlleve cubrir estas instancias ecológicas, visuales y ambientales que se generan”, explicó.
Comentó que también trabajan con capacitaciones y asistencia para la manipulación de ladrillos y reveló que en Misiones “hay cerca de 180 agrupaciones de oleros”.
“En estos casos tratamos de incorporar mecanismos de industrialización que permitan brindar características normatizadas a los ladrillos, y para que el productor olero no tenga que adivinar las dimensiones de las piezas”, explicó.
En este sentido, señaló que la actividad no se encuentra radicada en un punto específico.
“La provincia está asentada sobre una plataforma basáltica, se hace un estudio y un análisis con geólogos, y a partir de allí se realiza la explotación. Lo mismo pasa con la arena cuya explotación acompaña al río. Los productores están asentados en las orillas de los ríos, la producción más importantes está en la zona centro y sur donde se encuentran los principales bancos de arena”, contó.
Por último, Romero destacó que el basalto extraído se destina a la construcción, y reveló que está en estudio un proyecto con el objetivo de generar nutrientes a base de polvo de basalto, para las chacras de las zonas de explotación y como un complemento para desarrollar la capacidad de suelo.