Esteban y Lucía tienen un sueño y comenzaron a cumplirlo. El 1 de abril la pareja salió de su casa en Mar del Plata y quiere llegar a Alaska en una Volkswagen Combi a la que bautizaron Wayra. Hace casi un mes que están en la tierra colorada. Aquí disfrutan de la hospitalidad de la gente y la belleza de la provincia. Van camino a Puerto Iguazú y desde allí piensan pasar a Brasil para seguir su camino al extremo norte del continente americano. No tienen un tiempo definido para cumplir su travesía y venden manualidades y otras cosas para solventarse. “Desde que entramos a Misiones encontramos a mucha gente generosa que nos atiende muy bien y nos lleva a su casa. La calidez de las personas acá es única”, confiaron.
Muchos piensan a hacer el viaje de su vida y pasan muchos años planeando pero en el caso de Esteban Zelayeta (32) y Lucía Casanova (33) decidieron en pocas horas viajar toda su vida. Parecería que es una metáfora, pero tomaron la decisión en poco tiempo y luego se largaron a recorrer América en una VW Combi del año 1981 que acondicionaron como una casa.
De los dos se puede decir que son almas gemelas. Ambos nacieron en la localidad de San Miguel, en el Gran Buenos Aires, a pocas casas uno del otro. Fueron vecinos hasta que ambos tenían siete años y eran amigos inseparables. A esa edad, Esteban se fue con su familia a vivir a la ciudad veraniega de Mar del Plata. Tras 25 años Lucía lo buscó por las redes sociales.
“Mi mamá me sugirió que lo busque a Esteban y lo hice por Facebook y nos reencontramos después de 25 años”, contó.
Sin saber el uno del otro por más de dos décadas, sin tener idea de a qué se dedicaban, se reencontraron y compartieron un sueño que tenían en común: viajar y conocer lugares y personas de otras partes del mundo. “La segunda vez que nos vimos ya estábamos programando el viaje a Alaska”, dijo Lucía.
Ella es diseñadora gráfica y tenía horas cátedra en la Universidad de Buenos Aires, él trabajaba en una empresa de productos químicos. “Nos iba bien a los dos, yo en la empresa de productos químicos y ella en su profesión. Pero tenemos la misma pasión que es la de viajar. Dejamos atrás esa etapa de nuestras vidas y acá estamos, comenzando un viaje que no sabemos cuándo terminará. Parece algo loco, pero es lo que los dos soñábamos”, enfatizó Esteban.
En dos encuentros decidieron viajar, pero la organización del recorrido les llevó más de un año. “Cuando nos reencontramos, yo estaba por salir a Ushuaia para acompañar a un amigo que se iba en moto desde esa ciudad hasta Alaska. Ella tenía comprada la VW Combi porque tenía su idea de repararla para viajar, así que cuando volví del sur ella ya estaba en Mar del Plata y comenzamos a armar el viaje. Fue más difícil de lo que pensamos en un principio. Arreglar el auto y acondicionarlo para el viaje y vender las cosas que podíamos y alquilar una casa que tengo allá. Además organizar todo; nos llevó más de un año”, confió Esteban.
Cuando hablan del tiempo que le puede llevar el viaje son claros con los conceptos que dan. “Hace cuatro meses que salimos de Mar del Plata y recién hicimos tres provincias y media. No nos propusimos un tiempo ni un plazo. Lo que nos interesa es no sólo pasar por los pueblos, sino que queremos llegar y conocer. Para conocer el lugar tenemos que conocer a la gente. Y eso hacemos.
En cada pueblo que llegamos conocemos gente que se acerca a hablar con nosotros, invitamos un mate y compartimos. Hablamos y contamos nuestra idea, nuestras experiencias, nos invitan a sus casas a comer y a pasar la noche”, coincidieron.
Como situaciones vividas cuentan los viajeros que “mientras nos preparábamos para el viaje leímos mucho sobre las experiencias de otros viajeros y hacemos lo que ellos hacían. Llegar a una ciudad o pueblo y buscar un lugar público como una plaza o una costanera, como es el caso de Posadas. Ahí comienza la amistad con mucha gente de cada pueblo o ciudad. Así vimos que hacían otros viajeros y lo hacemos nosotros. También es buscar un lugar seguro para quedarse y para pasar la noche, siempre en lugares como una estación de servicio, cerca de una comisaría o una plaza donde haya personas circulando”, confiaron.