Actualmente mucha gente sufre de lo que se conoce como “trastorno obsesivo-compulsivo”. Incluso el tema ha sido llevado al arte en forma de películas u obras de teatro. Pero, ¿de qué se trata lo que parece ser uno de los males de este siglo que afecta a tantas personas?
El trastorno obsesivo-compulsivo es un esquema mental que se manifiesta como pensamientos irracionales que no tienen explicación. Son ideas absurdas que aparecen en la mente de quien lo padece y le producen vergüenza. Por eso, suele expresar: “Soy consciente de que es una tontería lo que hago pero no puedo detenerme”. Dichas ideas provocan ansiedad, angustia o miedo y la persona intenta por todos los medios a su alcance deshacerse de ellas a través de rituales que, al comienzo, le brindan cierto alivio pero, con el tiempo, le producen un malestar mayor.
Aquí es importante tener en cuenta que la mayoría de los seres humanos poseemos rasgos obsesivos que nunca deberían confundirse con este trastorno.
Estas son las principales características de alguien obsesivo:
-Razonarlo todo.
-Tener un compromiso excesivo con las normas de cualquier ámbito.
-Dudar de todo lo que se hace y no ser capaz de relajarse y disfrutar.
Pero aquellos que son aquejados por el trastorno obsesivo-compulsivo pueden presentar además algunos de los siguientes rasgos:
Orden
Rigidez
Inflexibilidad
Testarudez
Reserva y distancia
Aversión a lo desconocido
Propensión al ahorro
Falta de emocionalidad
Servilismo
Hiperexigencia
Aburrimiento
¿Cómo reconocer a una persona obsesiva?
Teniendo en claro qué cosas no son obsesión. Por ejemplo, el fundamentalismo. Alguien que alberga la creencia de que lo que piensa es “la verdad”, y los otros están equivocados, no siempre es obsesivo. Cuando existe este rasgo en algún área de nuestra vida, por lo general, se debe a la propia inseguridad interior. De esta manera, se suprime o se reprime todo aquello que provoca miedo y ansiedad.
Otro rasgo que no se debe confundir con obsesión es el negativismo. Alguien que constantemente piensa en lo malo no siempre tiene una idea fija. ¿Por qué una persona elige pensar de este modo? Casi siempre porque prefiere no mirar hacia adentro y mantenerse en la zona de comodidad. Por extraño que suene, ponerse en víctima trae siempre algún beneficio que la persona no desea soltar.
¿Cuáles son los principales pensamientos de un obsesivo?
Básicamente piensa que no debe equivocarse porque no puede soportar el fracaso. Si le ocurre, se siente “un fracaso total”. También piensa que debe controlarlo todo y nadie puede hacer algo en su lugar (no sabe delegar). Pero no sólo busca controlar el afuera sino además su mundo interior.
Suele vivir preocupado por todo porque cree que de esta manera algo cambiará. En los casos más graves donde hay un trastorno, el tratamiento con un profesional es fundamental. Para esas obsesiones que todos tenemos en algún punto y pueden llegar a dañarnos, es aconsejable tomarnos el tiempo para observar nuestros pensamientos pero sin analizarlos ni juzgarlos. Es decir, hacernos conscientes de lo que estamos pensando y buscar la ayuda profesional que necesitamos.
Colabora
Bernardo Stamateas
Doctor en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.